En agosto de 2012 el gobierno argentino decidió intervenir el mercado de biodiesel. El resultado de ese experimento fue un derrumbe de la producción local del biocombustible que incrementó la oferta exportable de aceite de soja, según publica el sitio valorsoja.com.
Primer dato. Argentina es –por lejos– el principal exportador mundial de aceite de soja. Segundo dato. En los últimos dos ciclo agrícolas la oferta exportable adicional de aceite de soja generada por la intervención del biodiesel fue superior a un millón de toneladas. Resultado: los precios del producto se desbarrancaron (ver gráfico).
En lo que va del presente año se declararon exportaciones argentinas de aceite de soja por 2,27 millones de toneladas equivalente a un valor FOB de 1964 millones de dólares versus 2,08 millones por 2119 millones de dólares en el primer semestre de 2013.
Es decir: a pesar del crecimiento del volumen físico de aceite de soja exportado (+8,7%), en lo que va de 2014 se resignaron ingresos de divisas por 155 millones de dólares debido a los menores precios de exportación.
La medida, si bien perjudicó a la Argentina, benefició de manera significativa a los compradores de aceite de soja (que pueden acceder a dicho insumo a un valor mucho más accesible).
En lo que va de 2014 la mayor parte de los envíos de aceite de soja se destinaron a India con un 44.0% del volumen declarado en el período, seguido por China (13.6%), Bangladesh (10.0%), Venezuela (8.5%) y Perú (5.7%), entre otros destinos.
La reciente reducción de los derechos de exportación aplicados al biodiesel debería, en los próximos meses, comenzar a descomprimir la oferta exportable argentina de aceite de soja.

