Después de repasar el estado de situación de las emergentes del negocio de la biotecnología es momento de volver a los grandes jugadores, la mayoría de las cuales han cerrado sus balances 2014.
La primera de ellas, que cierra su ejercicio cada mes de agosto es Monsanto, que en 2013/14 logró superar la barrera de los u$s15.000 millones en ventas, acumulando un crecimiento en torno al 50% en solo cinco años.
La compañía con sede en Saint Louis mostró una facturación de u$s15.855 millones, con ganancias por u$s2.740 millones.
De este total, unos dos tercios (u$s10.740 M) provino de la unidad de negocios Semillas y Genómica, donde se emplaza lo relativo al desarrollo de germoplasmas y eventos de biotecnología.
Los otros u$s5.115 M provinieron del segmento “Productividad Agrícola”, más relacionados con los fitosanitarios y otros insumos agroquímicos.
En este aspecto, la balanza de las ventas se ha volcado dramáticamente a la genética. En 2005, Monsanto vendía por u$s6.294 M, de los cuales el 52% (u$s3.252) provenía de las semillas y el otro 48% de los agroquímicos. Hoy, esa relación de paridad se ha convertido en un 2:1 a favor del negocio genético.
Pero cuando se abre la carpeta del segmento “Semillas y Genómica”, se puede observar el peso del maíz. Las ventas de semilla y sus traits asociados significaron en 2013/14 u$s6.401 millones, tres veces más que la soja, que aportó a las ventas “apenas” 2.102 millones de dólares.
La compañía es la número uno en el negocio de maíz no solo en los Estados Unidos, sino en Brasil, con más del 40% y en el resto del Cono sur (principalmente la Argentina), con más de 50 por ciento.
En el último año, la compañía ha incorporado nuevos negocios a su portfolio. En una operación cercana a los u$s1.000 millones, adquirió The Climate Corporation. La idea es convertirse no solo en un proveedor de la tecnología de producción, sino también de toda la información relacionada al éxito del cultivo, para que el agricultor que utiliza las marcas de la compañía (Dekalb, Asgrow, Seminis) paralelamente acceda a información que le facilite la toma de decisiones.
Otro de los nuevos negocios es BioAg Alliance, donde junto con Novozymes encaran el desarrollo de las soluciones biológicas para el agro.
La estrategia de la compañía sigue focalizada en colocar su tecnología en la mayor cantidad de hectáreas posibles. Con Intacta (la soja resistente a insectos y glifosato), aspiran a llegar antes que termine la década a los 100 millones de acres plantados en el mundo o unas 40 millones de hectáreas.
En tanto, hay una apuesta fuerte al sistema Xtend, que suma a los eventos biotecnológicos de la compañía la resistencia al herbicida dicamba. En este caso, Monsanto duplica la apuesta y espera cubrir unas 80 millones de hectáreas (200 M de acres) con una tecnología que está al salir.
