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Un accidente fatal, el desenlace del problema que arrastran los productores de yerba por los costos laborales

Tras la muerte de un tarefero que iba a bordo de una combi en la Ruta 12, dirigentes del sector aseguran que al productor se le vuelve imposible cumplir con lo que exige el sindicato ante los bajos valores que percibe por kilo.

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Por Infocampo
Foto: MisionesOnline

La producción de yerba mate atraviesa varios frentes: por un lado, tiene que definir ahora los precios que comenzarán a regir en abril; por otro, afronta la falta de mano de obra y los altos costos laborales para levantar la cosecha.

La situación no es nueva y se acentuó con el paso de los meses, sobre todo después de un accidente fatal que terminó con la vida de un tarefero en la Ruta 12, en la zona de Jardín América, cerca de la frontera de Misiones con Paraguay.

El hecho ocurrió hace dos semanas, cuando una combi que transportaba a los trabajadores cayó a un precipicio de tres metros de altura tras despistar por la rotura de uno de los neumáticos. El vehículo contaba con un seguro pero no estaba habilitado para trasladar gente, lo que reabrió el tema entre el sindicato y los propietarios de los campos.

“Antes, los obreros vivían en zonas rurales; hoy, la mayoría está en asentamientos que rodean a las grandes ciudades. En general, no cuentan con movilidad y tenemos que trasladarlos: para eso nos exigen colectivos con normas de seguridad y cierta antigüedad, algo que es muy difícil de cumplir por los altos costos que representa, cuando nosotros percibimos valores muy bajos por el kilo de yerba”, le explicó a Infocampo Cristian Klingbeil, de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (APAM).

Klingbeil aseguró que en la actualidad la mayoría de las combis no cumple con la ley, y remarcó que en este contexto comprar una unidad nueva para los productores es “imposible”.

“El caso del fallecimiento del tarefero ocurrió porque, lamentablemente, no ganamos lo que necesitamos para cumplir con lo que nos exige el gremio“, siguió el dirigente.

Hoy, el precio oficial para la yerba mate es de $15,30, pero se está pagando cerca de $20 porque falta materia prima. “Este precio todavía es bajo, deberíamos hablar de un 40% o 50% más para poder cumplir con lo que nos exigen”, afirmó Klingbeil.

¿Un futuro con menos personal?

Ante este panorama, lo que ocurre es que muchos productores comenzaron a incorporar la cosecha mecanizada y a descartar la mano de obra, algo que los dirigentes ven como un problema a largo plazo.

“Estamos hablando de 16 mil obreros que trabajan en la cosecha de la yerba mate: si los reemplazamos por máquinas, se va a complicar. Nadie se está dando cuenta de este problema, y cuando todos estemos trabajando con cosecha mecanizada habrá un conflicto social muy grande y no sabremos cómo salir“, advirtió Klingbeil.

El año pasado, varios dirigentes mencionaron la posibilidad de emplear a inmigrantes venezolanos para hacer la tarefa. La sola propuesta despertó miles de postulaciones, que incluso le llegaron a Infocampo.

En ese sentido, el dirigente de APAM subrayó que, en general, quienes más trabajan en el rubro son obreros que llegan desde Paraguay, aunque también incursionan en la citricultura “porque no se puede llegar a un acuerdo con obreros argentinos“.

De todas maneras, para quienes buscan mano de obra la posibilidad de contratar a ciudadanos extranjeros que llegan con otros conocimientos es un plus atractivo. “Creemos que es bueno enseñar a alguien desde cero. En Argentina, el cosechero de la yerba está acostumbrado a hacer el trabajo de una sola manera, como lo hacían su abuelo y su papá, y son modelos que ya no sirven. Se vuelve muy difícil cambiarles la modalidad”, argumentó Klingbeil.

Según el directivo, lo que se necesita es tratar la planta de otra forma, para aumentar rendimientos y lograr más ganancias que permitan mejorar el pago del jornal en la chacra.

“Los venezolanos vienen muchas veces muy capacitados, muy profesionales, agrónomos con conocimiento de manejo de suelos. Ellos traen otra cultura, sin tanto agroquímico como nosotros. Sería una lástima si tenemos que reemplazar la mano de obra local, pero por ahí nos puede servir para mejorar nuestra forma de producir”, cerró.