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Con un negocio muy ajustado, los feedloteros trabajan en nuevos protocolos de exportación y en una ley

Desde el sector presentaron el estado de situación del engorde a corral. Aunque los resultados del negocio son adversos, hay un buen horizonte de trabajo que promete.

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Por Infocampo

El último semestre mostró claroscuros para la ganadería, referidos a la producción y negocio. La pandemia y la sequía meten presión a la ecuación. 

Previo al Covid-19, todo parecía normal, sin embargo, el virus provocó un cambio en la dinámica que resintió, por ejemplo, a los feedloteros. 

Parecía un año normal, con cosecha de maíz muy buena, con una particularidad que, muy entrado el otoño, hubo campo y pasto en todas las zonas debido al clima.  Esto último retrasó la entrada de hacienda a los corrales, en simultáneo con la declaración de las primeras cuarentenas”, introduce y explica Patricio Reviriego , director ejecutivo de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), como parte de la reunión virtual realizada por la entidad este martes, de la participó Infocampo

Como parte de la descripción, agrega Fernando Storni, gerente de la Cámara, “esto impactó con una reducción de los negocios en abril y un aumento en mayo, por eso se produjo un pico de ocupación en junio, con un 70% de los corrales trabajando”.

Esta dinámica fue acompañando también lo que ocurrió, de alguna forma, con la demanda interna de carne que tuvo un alto al comienzo del último semestre y se desvaneció luego. 

Bajo este escenario presentado, tomó la palabra Juan Carlos Eiras, presidente de la CAF, quien empezó por el mediano plazo, antes de hablar del negocio ajustado.

“Uno de los desafíos más importante que tenemos hasta fin de año es introducir cambios en los protocolos de Cuota Hilton para el novillo pesado. Con la revisión que están haciendo los europeos, a partir del Brexit, hay una oportunidad de ajustar normativas que están vigentes desde hace 40 años. Cuando ellos terminen su período de vacaciones y se equilibre el tema del Covid-19, el último trimestre de año es clave para trabajar sobre lo normativo”, afirmó Eiras.

Anudado a esto, el directivo explicó que la ganadería en Argentina sufrió un gran cambio en el modelo productivo, por la mayor participación de los engordes a corral en el sistema y la cesión de tierras ganaderas a la agricultura, que es fundamental que quede reflejado en los nuevos protocolos y genere un nuevo horizonte para la ganadería argentina.

“Seguimos pensando en abastecer con carne especial a los consumidor europeo”, aclaró, respecto a las reglas de juego. 

En este sentido citó que el reto sigue siendo apuntar a los mercados de calidad, buscando también cupo adicional para los feedloteros dentro del acuerdo UE-Mercosur, aunque esto será con una perspectiva más larga, a uno a dos años de trabajo.

Este año, dijo, cumplimos con la exportación de 20.000 toneladas de carne a Estados Unidos. “Son cortes de menor valor, pero ayudaron a compensar parte de lo que absorben los chinos y, sobre todo, porque China ya entendió cómo es la dinámica de negociación de Occidente y ya no paga lo que sea por la carne”, contó. 

Por su parte, Eiras dijo que siguen trabajando con firmeza con el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez, en una ley de feedlot. 

Pasando al plano del negocio es aquí donde hay un nervio sensible para los feedloteros esta temporada. 

“Hasta ahora, nunca tuvimos una relación de compra-venta tan desfavorable con el ternero como la que tenemos hoy. La brecha de precio del ternero con el gordo es del 25%, si le agregamos gastos y flete la brecha se distancia un 50%, poniendo en una situación de quebranto para los feedloteros”, advirtió Eiras. 

Además puntualizó que el costo de alimentación, “nos dio vuelta la cara en el último mes. El precio del maíz pasó de 8.000 a 11.000 pesos la tonelada, licuando ese beneficio de ganar sobre esos kilos”. 

Siguiendo con el análisis del negocio, Eiras dijo que el “consumo se mantiene estable. Nos tenemos que sacar el  sombrero en este caso”, aludió. 

De esta forma, quedó claro que, luego de un gran año 2019, es un momento de incertidumbre y definiciones para los ganaderos del sector, pero las posibilidades  del negocio en el horizonte están intactas. Hay que trabajar intensamente para lograr los retos. 

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