El sector ganadero argentino deberá pasar dos meses durísimos por la paralización casi total de las ventas externas de carne bovina en un marco en el cual los principales frigoríficos del país tienen las cámaras repletas de mercadería (por las restricciones a la exportación aplicadas por el gobierno nacional).
“La demanda externa (de productos cárnicos) desapareció y esto se sentirá fuertemente en noviembre y diciembre; recién en enero la situación tenderá a reacomodarse lentamente” dijo hoy a Infocampo Víctor Tonelli, consultor ganadero.
“Se va a registrar una sobreoferta muy importante que va a mantener los precios de la hacienda casi regalados”, indicó Tonelli, para luego agregar que “los frigoríficos que no estén en condiciones de afrontar este panorama tendrán que negociar alguna clase de subsidio para mantener a sus trabajadores”.
Entre abril y agosto del presente año 2008, cuando en el mundo se pagaban cifras récord por cortes de carne vacuna, las autoridades argentinas impusieron trabas a las exportaciones del producto, impidiendo así generar ingresos extraordinarios que hubiesen contribuido a amortiguar la actual crisis que se está viviendo.
La situación alcanzó aspectos insólitos, como el hecho que en julio y agosto pasado no se haya podido exportar un solo kilo de cortes Hilton (el producto de mayor valor agregado de toda la cadena cárnica).
“La demanda de los principales países importadores desapareció en muchos casos y se redujo notablemente en otros: es muy difícil que sigamos trabajando si no tenemos compradores”, advirtió un directivo de un frigorífico localizado en la provincia de Buenos Aires.
“Las órdenes de compras están totalmente paralizadas y la relación con los pocos compradores que quedan se deteriora día a día”, señaló la fuente, y añadió que “es una lástima que por cuestiones políticas no hayamos aprovechado los precios históricos que hubo unos meses atrás”.
