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Afirman que una mayor cosecha de trigo no garantiza más rentabilidad para productores

Consultoras resaltaron que "durante la campaña 2016/17, ocurrieron la mayoría de los imponderables que pueden ocurrir en el negocio agrícola".

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Por Infocampo

La mayor superficie sembrada y la previsión ajustada de trigo a 15 millones de toneladas permitirá mayores saldos exportables y más ingresos de divisas al país, pero este escenario no llega a reflejarse plenamente en la situación microeconómica de los productores trigueros de la Pampa Húmeda, que durante la campaña agrícola 2016/17 sufrieron heladas, sequía, granizo y baja de precios, de acuerdo al análisis semanal de la operadora Enrique Zeni y Cía.

La estimación de 2,5 millones de toneladas de trigo adicional que representa un 20% más de producción “significará, con seguridad, una buena noticia pues implicará más divisas para nuestro país, a través del crecimiento del saldo exportable del cereal pero no tiene su correlato en la situación microeconómica de las empresas agrícolas de la zona eminentemente triguera de la Pampa Húmeda, ya que durante la campaña 2016/17, ocurrieron la mayoría de los imponderables que pueden ocurrir en el negocio agrícola”, evalúa el informe de la operadora de granos.

El informe destaca que “durante los últimos días de 2016 la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, hizo importantes cambios en sus estimaciones para el cultivo de trigo para la campaña 2016/17, dentro del Panorama Agrícola Semanal”.

Reseña luego que la estimación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires “elevó la superficie de trigo de la actual campaña desde 4,3 a 4,7 millones de hectáreas, con un incremento de 400.000 hectáreas que implicó un crecimiento del 9,3% respecto de la estimación anterior. En consecuencia, elevó la estimación de producción desde 12,5 a 15 millones de toneladas, 2,5 millones de toneladas más, que implican un 20% más de producción”.

Pero de inmediato reseña que “esto que significará, con seguridad, una buena noticia pues implicará más divisas para nuestro país, a través del crecimiento del saldo exportable del cereal”, pero evalúa que éste escenario “no tiene su correlato en la situación microeconómica de las empresas agrícolas de la zona eminentemente triguera de la Pampa Húmeda, ya que durante la campaña 2016/17, ocurrieron la mayoría de los imponderables que pueden ocurrir en el negocio agrícola”.

El primero de los fenómenos registrados en esta región productiva fue el “exceso de lluvias que, durante la época de siembra de cultivos de invierno (trigo/cebada) en 2016, allá por junio/julio, determinó importantes excesos de agua que no sólo atrasaron, como pocas veces, la cosecha de maíz sino, que frenaron, en algunos casos, e impidieron en otros, realizar la siembra (del trigo) en tiempo y forma”.

El informe Zeni también refiere el fenómeno de las heladas: “La campaña fue avanzando y llegaron las heladas tardías, en el sur de la provincia de Buenos Aires, con diferentes severidades y daños, los días 28/10, 2/11, 17/11, 18/11 y 22/11; interrumpiendo en muchos casos la floración, momento crítico para los cultivos de invierno”.

Luego cita el impacto de la sequía. “Hace al menos 3 meses que no llueve en los volúmenes necesarios para lograr desarrollos de cultivos normales” de trigo, afirma el informe privado.

También cita que “hubo eventos de granizo con niveles de daño que llegaron al 80% en algunos casos”.

Y en la misma línea enumerativa de fenómenos que afectan a los productores trigueros dedica un párrafo especial al tema de la evolución de precios.

“Durante la campaña en cuestión, y como para cerrar un contexto para el olvido, el trigo posición Enero ’17, que valía algo más de u$s 170 por tonelada, allá por principios de junio 2016, hoy lo tenemos en niveles de u$s 155 por tonelada, después de haber llegado a un piso de cotización en los u$s 140 por tonelada”.

El análisis semanal de Zeni y Cía admite que resta visualizar el final de esta historia o ciclo, “pero mirando hacia adelante, aprendamos del pasado cercano; utilicemos las herramientas de mitigación de riesgo para restarle variabilidad y riesgo al negocio agrícola”, reflexiona.

Finalmente precisa que esta mitigación de riesgos puede lograrse “cerrando precio (con contratos de futuro) cuando permite obtener alta rentabilidad, utilizando las herramientas que tenemos a mano, para cubrir sin comprometer mercadería, e incluso para quedar abiertos a posibles subas si somos optimistas y, por el otro lado, tomando coberturas de seguros de granizo y heladas como norma, y no como excepción”.