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Alerta en la industria de alimentos balanceados: “Empezamos a entrar en default con los proveedores”

Desde la Cámara que nuclea a los fabricantes de alimentos balanceados señalaron que en el mundo están mirando mal al país por las trabas a las importaciones. "Argentina empieza a ser peligroso como comprador", subrayaron.

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Por Infocampo

No hace falta estar en el medio del campo para saber el impacto que en las últimas semanas los alimentos balanceados también sufrieron con fuerza el alza de precios a raíz de los saltos del dólar, lo que afectó tanto a la nutrición para animales de producción como también de mascotas .

Sin embargo, desde la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA) alertan que no solo el panorama es complejo en materia de precios: aseguran que por el sistema de importación que hoy rige en nuestro país hay problemas, ya que “se están rolleando los pagos” hacia el Exterior.

Y que eso provoca un virtual “default” de las empresas nacionales para con los proveedores en el extranjero.

“En estas últimas dos semanas se complejizó en sistema SIRAS porque se están rolleando los pagos“, alertó Francisco Schang, gerente de la Cámara.

“Si por ejemplo mi pago estaba por salir a los 90 días y mi cliente del Exterior me estaba esperando, cosa rara en el Exterior, y le voy a pagar y el banco dice ‘no, ahora se reestableció tu plazo y se paga en 30 días más’, entonces no le podés pagar hoy, le tenés que avisar que le vas a pagar en 30 días”, contó .

Esto es muy peligroso porque así empezamos a entrar en default con nuestros proveedores”, señaló en diálogo con La Red Rural (AM 910).

PROBLEMAS EN LOS ALIMENTOS BALANCEADOS

Según entienden en el sector, “a mediano plazo” se va a generar un problema muy grave.

“Las calificaciones internacionales bajan y Argentina empieza a ser peligroso como comprador. Y empiezan a no venderte”, alertó.

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En este punto, vale recordar que la nutrición animal mediante alimentos balanceados no se trata de una producción que pueda modificar libremente su producto final: son fórmulas aprobadas y homologadas por el SENASA que obligan, y también garantizan, que la nutrición lograda gracias a esos alimentos sea la estipulada.

Y si bien la soja y el maíz forman parte de los insumos que requiere esta producción, esa fórmula obligatoria en la composición requiere de vitaminas y aminoácidos que no se consiguen ni en Argentina ni en los países del Mercosur. Y por ende dependen de las divisas para importar.

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“Si bien nuestro principal insumo son los commodities, después viene la parte de vitamina, minerales y aminoácidos. Que son la parte de nutrientes que son necesarias para completar un alimento balanceado. Y de esos productos, el 90% no se produce en la Argentina ni en la región. Son de China, Europa. Y un alimento balanceado, si no tiene estos elementos, no es completo”, apuntó.

“Y ni hablar del packaging, y que no se te vaya a romper una maquina hoy. Pero independientemente de eso, se torna muy complejo trabajar en una industria que tiene más de 90 posiciones arancelarias de importación”, expresó.

Según estipulan en CAENA, dicha actividad representa un volumen de entre u$s 20 y 30 millones mensuales.

“En algún caso se puede buscar algún reemplazo, pero es mucha la cantidad de productos y Argentina no tiene la cantidad de volúmen para hacerlo de manera local. Y no se justifican las inversiones porque son irrecuperables, ni siquiera a 200 años”, aseguró Schang.

“Un país sin previsibilidad jamás tendrá este tipo de plantas de producción”, se resignó.

EFECTOS EN PRODUCCIÓN Y CONSUMO

En CAENA observan también que, quienes poseen establecimientos de producción animal y buscan abastecerse de balanceados, no pueden realizarlo.

“Todo esto restringe mucho las ventas de mediano plazo. A un productor de pollo carne y huevo, que ante tanta locura busca stockearse, no le podemos vender porque no sabemos hasta cuándo tendremos producto”, graficó.

En este momento las empresas abastecedoras no abren nuevas cuentas y regulan el flujo hacia “los clientes de siempre”.

“Solamente pueden recibir producto semana a semana y eso genera mucha incertidumbre, desesperación y locura en los precios. Probablemente si empieza a mostrarse esa escasez en la producción impacte en los precios, porque el impuesto PAIS es del 7,5%, más el tipo de cambio que se devaluó e impactó en los costos. Todo esto no es ajeno a nuestra industria”, remarcó Schang.