El plan de la Unión Europea para atrapar las emisiones que causan el calentamiento mundial tiene una insuficiencia de fondos de hasta US$18.000 millones, según Alstom SA, el mayor fabricante de centrales eléctricas de carbón.
La UE propuso el 23 de enero que sus 27 Estados miembros subvencionen proyectos mediante los cuales se atrapen los gases emitidos por las centrales eléctricas a fin de inyectarlos en bóvedas subterráneas para que no contaminen la atmósfera. El bloque de países quiere que se construyan hasta 12 plantas experimentales para el 2015 con miras a alcanzar los objetivos de reducción de emisiones.
La UE debería destinar fondos para el desarrollo de la tecnología experimental de contención de gases, dijo Joan MacNaughton, consejera de la francesa Alstom en materia de política ambiental. A esos fines, la comunidad europea debería aprobar desde varios centenares hasta 1.000 millones de euros (US$1.500 millones) para cada planta, agregó en una entrevista el 25 de enero.
‘Hay que tener incentivos específicos, y la comunidad europea ha esquivado eso en cierta medida, dejándolo a cargo de los Estados miembros’, dijo MacNaughton. ‘Sencillamente no hay recompensa alguna para que una compañía determinada sea la primera en hacerlo’.
La tecnología de captura y almacenamiento de dióxido de carbono agrega hasta un 40 por ciento al costo de generar electricidad, según Philippe Joubert, director general de la división de sistemas eléctricos de Alstom. Joubert y MacNaughton hicieron sus declaraciones en sendas entrevistas en las oficinas de Alstom en Londres. La compañía está trabajando en seis proyectos piloto, y está negociando con miras a emprender dos más, dijo Joubert.
‘Seguimos en la etapa de investigación y desarrollo’, dijo Joubert. ‘Aún estamos en busca de la mejor tecnología, y entonces el costo bajará con el aumento del tamaño. Nos tomará varios años seguir aumentando el volumen y reduciendo el precio’.
La Agencia Internacional de Energía y la UE han dicho que es necesario capturar y almacenar el carbono en capas rocosas estancas subterráneas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. El Grupo Intergubernamental de Expertos Sobre el Cambio Climático, dependencia de las Naciones Unidas que compartió el premio Nobel de la paz por difundir el conocimiento de los efectos del calentamiento mundial, dijo el año pasado que para el 2030 esta tecnología ‘puede hacer una contribución importante’ al objetivo de mitigar la contaminación atmosférica.
La compañía francesa Total SA y la sueca Vattenfall AB están construyendo centrales eléctricas que inyectarán en bóvedas subterráneas el dióxido de carbono que creen. La británica BP Plc, en tamaño la segunda compañía petrolera de Europa, ha emprendido proyectos de captura de carbono en California y Australia, en sociedad con Rio Tinto Group, la mayor empresa minera del mundo.
‘A la industria le conviene desarrollar esta’ tecnología, dijo el vocero de la Comisión de Energía de la UE, Ferrán Tarradellas Espuny, el 30 de enero en una entrevista telefónica. ‘A ella le toca aportar la mayor parte del dinero porque será ella la que se beneficie con las metas de dióxido de carbono y el sistema de canje de emisiones’.
Fuente: Bloomberg
