“Los ganaderos siempre tratan de producir más, pero no tienen igual conciencia de las pérdidas que se originan por golpes y estrés de la hacienda durante la carga y transporte”, destacó Rodolfo Acerbi, docente en la Universidad de Tandilal, en una jornada ganadera, organizada por los CREA de litoral Sur.
El tema del bienestar animal cobra importancia no sólo en la comercialización de la hacienda a nivel local, sino es una de las exigencias que está incorporando la UE para todos sus proveedores de carne.
De hecho, existe ya una obligación en este sentido en el ámbito de la planta de faena, mientras aún es voluntario la incorporación de conceptos de bienestar animal en el campo y el transporte.
El especialista ejemplificó que “el miedo en los corrales genera agitación y posteriormente esto se traduce en menores ganancias de peso con respecto al ganado que permanece en calma al ser encerrado”.
De esta manera, Acerdi demostró que el ganadero argentino “desatiende las pérdidas en la calidad de la carne que se producen en el proceso de carga y transporte de sus animales con destino al frigorífico”, generando un contrasentido en la ecuación económica.
Un capítulo aparte mereció la mala aplicación de inyectables: “De la mitad para atrás del vacuno, cualquier inyección daña los cortes más caros. Por esa razón, siempre se debe inyectar de la mitad para adelante, con agujas nuevas desinfectadas” para evitar el desarrollo de nódulos que reducen el valor de la carne.
Finalmente, Acerdi mencionó otro factor fundamental, como la temperatura ambiente al momento de la carga y del traslado. “Este tiene una alta incidencia en la calidad final de las carnes. Un golpe de calor es la principal causa de carne oscura, que tiene un pH superior a 7”, recordó, para agregar que las lluvias bloquean la capacidad de aislamiento térmico del vacuno, por lo que debe tenerse en cuenta.
