Las exportaciones brasileñas a la Argentina se desplomaron casi un 30%, tras la introducción en febrero de un sistema de licencias no automáticas de importación para detener la erosión del superávit comercial y enfriar la demanda de dólares.
Brasil contraatacó eliminando recientemente sus licencias automáticas de importación para manzanas, papas, vino y otra decena de productos comprados a Argentina.
“No somos ingenuos. La situación es compleja a raíz del momento económico que vive Argentina”, dijo Prazeres en una entrevista con Reuters. “Nuestra idea es desbloquear, reducir las barreras en los dos sentidos. Dependiendo de las acciones de los argentinos, el gobierno brasileño va a evaluar qué tipo de acciones toma”, añadió.
Consultada sobre la posibilidad de que Brasil amplíe sus trabas a los productos argentinos, Prazeres dijo que esperarían el resultado de una reunión programada para el miércoles en Buenos Aires.
Pero un funcionario del área económica del Gobierno dijo que Brasil espera que Argentina “reaccione” tras la revocación de las licencias automáticas de importación, que golpearon duro a los exportadores argentinos de manzanas y papas.
Argentina está obligada a defender con uñas y dientes su excedente comercial. Las divisas por exportaciones son su mayor fuente de financiamiento dado que el país está marginado de los mercados de capitales desde una cesación de pagos del 2002.
Funcionarios argentinos han dicho que quieren equilibrar la balanza comercial con Brasil, con quien tuvieron un déficit de u$s5.803 millones en el 2011.
Al mismo tiempo, Brasil estuvo tomando agresivas decisiones en los últimos meses para equilibrar su balanza con otros países, como México.
“El gobierno brasileño está dispuesto a contribuir para que la situación mejore, pero cualquier esfuerzo estará condicionado a un desbloqueo de nuestras ventas para allá”, dijo Prazeres.
Brasil estaría dispuesto, por ejemplo, a facilitar el financiamiento de sus exportaciones a la Argentina. Un factor que el gobierno de Dilma Rousseff no está dispuesto a aceptar es que Argentina bloquee sus productos y al mismo tiempo aumente las compras a otras regiones como la Unión Europea.
“Si ellos administran el comercio, ese tipo de resultado es inaceptable para el gobierno brasileño y eso va a ser colocado sobre la mesa. (…) Brasil no puede seguir perdiendo mercado en Argentina en detrimento de otros orígenes”, dijo.
La pelota, dijo Prazeres, está en la cancha de Argentina. “Esta situación actual no interesa a Brasil y no conviene a Argentina”, dijo la funcionaria. “La solución pasa por varios componentes que, claramente, no están en las manos del gobierno brasileño”, añadió.