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Cómo buscar competitividad en momentos de incertidumbre

La Argentina suele potenciar las incertidumbres. En todo el mundo hacer negocios tiene riesgos, hay dudas, se gana y se pierde. En nuestro país…

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Por Infocampo

Los siguientes apuntes para empresas agroindustriales corresponde a un análisis realizado por la consultora Zorraquín + Meneses. Compartimos el material:

La Argentina suele potenciar las incertidumbres. En todo el mundo hacer negocios tiene riesgos, hay dudas, se gana y se pierde. En nuestro país esto parece multiplicado varias veces por los cambios de reglas, por la falta de un acuerdo de estadistas de distintos partidos políticos sobre el rumbo a seguir. En este escenario hay que hacer negocios y tomar decisiones. Sin duda los que mejores anticuerpos tienen para adaptarse a este marco son los argentinos.

Al ver las caras y reacciones de empresarios extranjeros cuando se les explica el marco de negocios, uno entiende que lo que para nosotros es “normal” para el resto del mundo no lo es. El problema es que esta coyuntura, y otras similares que hemos pasado, pone a prueba la competitividad de las empresas.

La competitividad es lo que hace que ante un mismo escenario haya empresas rentables y otras que no lo son. Es lo que genera posibilidades de sostenerse en el tiempo. Argentina como país está mal en los rankings de competitividad internacionales. Es clave medir la competitividad interna de las empresas para poder diferenciar las fallas propias de aquellas que no dependen del empresario.  Y eso se puede hacer y medir, para saber con qué posibilidades se enfrenta lo que sin duda será una campaña complicada. El agro es competitivo  y hay rentabilidad potencial en medio de los problemas. Cómo capturar ese potencial es el desafío de cada uno.

> En la macro pasaron cosas: inflación arriba del 4% mensual, tanto minorista como mayorista. Medidas de corto plazo apuntando a anestesiar precios tomadas por el gobierno: precios esenciales, precios cuidados, precios protegidos…muchos adjetivos para un mismo problema. Hay consenso que son medidas que apuntan a tranquilizar el corto plazo y mejorar las posibilidades electorales mientras se sigue trabajando en el largo plazo (generar superávit fiscal, bajar el gasto público, eventualmente volver a bajar impuestos). Es algo de gradualismo con medidas que ya se han aplicado en otros tiempos y no han funcionado, pero se hacen en medio de un descontento general para intentar cambiar expectativas. El propio gobierno reconoce que no es un plan antiinflacionario. Pareciera que no se van a tomar decisiones de fondo en este año, lo cual generará que el riesgo país, la inflación, la volatilidad cambiaria y los indicadores sociales sean hoy los mismos o similares a los que heredará el nuevo gobierno en diciembre.

> Aporte al déficit fiscal: un interesante estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que el aporte del sector agroindustrial con las nuevas retenciones aplicadas el año pasado, permitirá disminuir el déficit fiscal del 2019 en un 60%. Cabe destacar, como menciona el informe, que este aporte es ADICIONAL al realizado por el pago de otros tributos (impuesto a las ganancias, a los bienes personales, ingresos brutos, tasa vial para mejora de caminos, tasas comunales, tasas para el mantenimiento de comités hídricos, impuesto inmobiliario rural, impuesto a los débitos y créditos bancarios, Impuesto a la transferencia a los combustibles, etc.). Es importante tener estas cifras “in mente” sobre todo cuando se piden esfuerzos adicionales, o se genera un rumor sobre un posible aumento de retenciones (desmentido por el gobierno) como sucedió esta semana.

> ¿El Estado debería tomar coberturas de precio?: el Estado es, a través de las retenciones y  sin sembrar una hectárea, el primer productor del país. Mencionamos en el párrafo anterior el impacto de las retenciones adicionales aplicadas el año pasado. Con una producción estimada de soja de  56 M Tn , el Estado Argentino “produce”, en forma indirecta, cerca de 16 M de Tn (por porcentaje de retenciones). Desde la implantación del incremento de las retenciones en Septiembre 2018, el precio de la soja ha bajado cerca de 30 U$S/tn, lo que genera un déficit de recaudación cercano a 480 Millones de dólares. ¿Debería cubrirse el Estado de la baja de precios, siendo que su recaudación depende de la variación del precio de la soja y los otros cultivos? ¿Y en la producción, también debería asegurarse para evitar pérdidas como las de la campaña pasada? No dejan de ser preguntas interesantes.

> ¿Los precios subieron o bajaron?: al comparar los precios disponibles actuales versus los de un año atrás, los mismos subieron en pesos y bajaron en dólares. La caída de las cotizaciones internacionales de los granos combinada con el aumento de retenciones y aumento del tipo de cambio, se reflejan en el cuadro.  Con este nivel de precios, un atraso en el valor del dólar o un aumento de las retenciones sería difícil de asimilar.

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