El crecimiento está relacionado con la suba del área cultivada, el buen desarrollo cultural y los altos valores de calidad fabril precosecha.
Arturo Felipe, investigador del grupo de caña de azúcar del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) Famaillá, en Tucumán, destacó que las buenas condiciones climáticas que se registraron en el primer semestre 2011 favorecieron la acumulación de azúcar por lo que “hay lotes de caña en excelentes condiciones con rindes superiores a los de 2010”.
“La industria azucarera es la principal actividad productiva de la provincia”, señaló Felipe, quien además resaltó que la importancia de realizar un monitoreo permanente e intenso de los lotes para seguir la evolución madurativa del cañaveral, con el objetivo de planificar la cosecha y maximizar la recuperación de sacarosa.
Según estudios de la Fundación del Tucumán, la producción de azúcar del NOA para la zafra 2011 alcanzaría 2,2 millones de toneladas.
En detalle, la producción de este cultivo, el Centro Azucarero Argentino, se distribuye entre las provincias de: Tucumán (61,7 por ciento), Jujuy (25,5 por ciento), Salta (11,9 por ciento), Santa Fe (0,7 por ciento) y Misiones (0,1 por ciento), en base a la producción histórica de los últimos 30 años.
En Tucumán la mayor parte de la caña es cultivada por cañeros independientes, mientras que en territorio salteño y jujeño la mayor proporción pertenece a los ingenios. La producción restante se registra en Santa Fe y Misiones.
Los principales destinos de las exportaciones de azúcar, según datos oficiales, son Rusia, Chile, Uruguay y Estados Unidos.
Felipe reconoció que “la aparición de nuevos mercados y compradores para el azúcar argentino en las últimas tres campañas posicionó a nuestra producción en más de 50 países”.
El 53 por ciento de la producción mundial está concentrada entre Brasil, la Unión Europea, China y la India. Estos países son además los 4 mayores consumidores, con un 42 por ciento de participación.
Los principales exportadores son Brasil, la Unión Europea, Tailandia y Australia, que exportan conjuntamente el 68 por ciento de lo negociado a nivel mundial. Brasil, por su parte, abastece el 39 por ciento de la demanda mundial, lo que lo ha convertido en el principal formador de precios.