La presidenta Cristina Kirchner recibirá el próximo lunes a las 20 en la Casa Rosada a las nuevas autoridades de la Unión Industrial Argentina (UIA). Será el primer encuentro de la central fabril después de la designación de Héctor Méndez, empresario del sector del plástico , como presidente.
La UIA había decidido hace diez días, durante su primera reunión interna después de la elección que ungió a Méndez, pedir la audiencia por carta a Presidencia de la Nación, cuya respuesta llegó ayer. En principio, la invitación involucra a todo el comité directivo de la entidad, es decir, a 26 ejecutivos.
El contacto se producirá justo en momentos en que prolifera entre los industriales argentinos inquietud por la relación con Brasil, afectada en las últimas semanas tanto por el retiro de la minera Vale de su proyecto de potasio en Malargüe, Mendoza, como por la estatización de dos ramales ferroviarios operados por el concesionario brasileño América Latina Logística (ALL). De hecho, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se volvió un día antes de su última visita a la Argentina, hace tres semanas, como consecuencia de estas divergencias después de hablar a solas con Cristina Kirchner.
En realidad, la preocupación por el vínculo entre los principales socios del Mercosur abarca también al gobierno de Rousseff. Anteayer, José Ignacio de Mendiguren, secretario y ex presidente de la UIA, tuvo en Brasilia tres reuniones que apuntan a mejorar el intercambio: se encontró en el Palacio de Itamaraty con el canciller, Antonio Patriota; en el Ministerio de Industria con el jefe de esa cartera, Fernando Pimentel, donde lo acompañó también Carlos Abijaodi, director de Operaciones de la Confederación Nacional de Industrias de Brasil, y en el Palacio del Planalto, con Marco Aurelio García, asesor presidencial para temas exteriores.
Los encuentros se produjeron mientras persiste la presión de los industriales de San Pablo para que Rousseff, que viene aplicando incentivos fiscales a la actividad fabril en su país, endurezca su postura hacia la Argentina por las trabas aplicadas a las exportaciones brasileñas.
Según contó Mendiguren al diario La Nación, la conclusión de los tres funcionarios brasileños fue que había que intentar evitar que los problemas de corto plazo entre ambas naciones afectaran el largo plazo, que es la relación estratégica bilateral.
El textil aprovechó para regalarle a cada uno un ejemplar del libro Argentina-Brasil: integración y desarrollo o riesgo de primarización , que editó la UIA y que incluye las conclusiones de la última conferencia fabril, desarrollada a fines del año pasado en Los Cardales. Volvió. además, con la certeza de una pretensión del Palacio del Planalto: el gobierno de Brasil quiere volver a organizar, entre julio y agosto, un encuentro que involucre a los empresarios y a ambas presidentas. Según Mendiguren, los funcionarios brasileños lo llamaron “Cardales II”.
Se busca, así, recuperar una reunión que estaba prevista para marzo en Salvador, Bahía, y que fracasó cuando el retiro de Vale tensó las conversaciones. Esta vez, para facilitar la presencia de la autoridades del gobierno de Rousseff, el escenario elegido sería Brasilia.
