En el marco del Ciclo de Conferencias “Reflexiones sobre el Desarrollo Regional en tiempos de la Sociedad de la Innovación”, el empresario Gustavo Grobocopatel, quien gestiona uno de las compañías agrarias más grandes de Argentina, destacó que la aplicación del conocimiento a la producción agraria generó una nueva revolución productiva en el país, que ubicó al país entre los de mayor competitividad en el mundo, y sobre la base del desarrollo sostenible.
“Argentina supo aplicar el conocimiento científico a la producción, y hacer del campo un empresa, y eso llevó a una nueva revolución agraria que gracias a la biotecnología es una revolución basada en pilares de sostenibilidad” expresó el Grobocopatel.
El conferencista resaltó que si bien se lo considera un innovador en la agricultura argentina por introducir la “gestión empresarial” en la gestión del campo, resaltó que el mismo avance de la tecnología aplicada a la producción hizo necesaria una “especialización de quienes manejan el campo para no quedar atrás en competitividad y rentabilidad.
Sostuvo que hasta algunas décadas el campo argentino estaba gestionado por familias, generaciones de familias que se encargaban de los distintos eslabones de la actividad productiva. “La actividad de campo en Argentina siempre requirió mucho control, y sólo la familia, los mismos dueños podían controlarla, por eso la producción siempre estaba en manos de empresas de familia, grandes compañías pero empresas de familia al fin.
Pero con el desarrollo del conocimiento científico, la biotecnología, el campo ya no necesitaba tanto del control para lograr productividad sino de profesionales que incorporen las innovaciones. Como las empresas de familias no pudieron incorporar adecuadamente la gestión y asesoramiento profesional, la mayoría de los dueños de los campos terminaron arrendando las tierras a otros que sí tenían capacidad de gestión para incorporar conocimiento científico a la producción.
“Hoy Argentina es referente mundial en agricultura del conocimiento, es una de las más tecnificadas y desarrolladas como empresa” señaló.
Al respecto destacó que lo más importante es que esta agricultura del conocimiento está sustentada en modelos que permiten un desarrollo sostenible y sustentable, cuidando el medio ambiente y posibilitando el desarrollo directo de otros actores de la economía como la industria y los servicios.
Según publicó Chaco Día por Día, expresó que muchos aún piensan que la incorporación de tecnología al campo, para mejorar rendimientos de plantas, es “anti-ambiental”, pero no es así. En Argentina la aplicación de conocimientos científicos a la actividad agraria no sólo que puede ser sustentable, sino además ayudar a que otros modelos incorporen esta forma de gestión.
“Por supuesto que el fin de todo empresario es ganar dinero, pero hoy en la economía agraria es posible ganar dinero con técnicas que cuidan el ambiente.Ene se sentido, destacó los logros de la siembra directa, que a su entender cambió la forma de hacer agricultura, al no requerir labrar la tierra, y además al mejorar la tierra tras cada campaña productiva, logrando una relación directa entre rentabilidad, productividad y cuidado del ambiente.
“Argentina tiene hoy 80% de agricultura con siembra directa, y por primera vez estamos por dejar a nuestros hijos una tierra apta y no deteriorada” expresó.Pero Grobocopatel expresó que este pretendido desarrollo sustentable de la economía agraria apoyada en el conocimiento científico no servirá mucho si no es acompañado por un cambio en los hábitos de consumo.

