El Gobierno busca insuflar algo de alivio en un mercado automotor golpeado por la recesión, la falta de divisas y la caída de la demanda brasileña. Para eso decidió hoy -el último día hábil del año- actualizar un 15% el impuesto a los autos de alta gama, medida que en el sector ya consideran insuficiente, según publicó La Nación.
Así fue decidido publicado esta mañana en el Boletín Oficial a través del decreto 2578 firmado por la presidenta Cristina Kirchner, que explicó que ahora los autos que tengan un precio de $ 195.000 pagarán una tasa del 30%, mientras que los que superen los $ 241.500 serán gravados por una tasa del 50%. En rigor, esas imposiciones terminan multiplicándose en el precio real. Hasta hoy esas tasas eran de $ 170.000 y $ 210.000, respectivamente.
La norma publicada tiene además una novedad. No regirá anualmente sino que sólo lo hará durante el primer semestre del año, algo que no era habitual.
DURO IMPACTO DEL “IMPUESTAZO”
En el sector esperaban por lo menos un aumento de la base del impuesto de un 25%, similar a la inflación oficial esperada. Con esta novedad, mucho autos seguirán quedando cerca de caer en el gravamen, o sea, de quedar fuera de mercado por la fuerte suba de precios. Este año, los valores promedio de los autos se incrementaron un 48%, según los concesionarios.
En diciembre de 2013, la suba del impuesto afectaba en términos relativos al 8,9% de las unidades patentadas, mientras que el mes pasado alcanzaba al 17,3%, según un estudio de que realizó la consultora Abeceb.
La iniciativa prácticamente había eliminado la demanda de vehículos de gama alta. Las estadísticas de patentamientos de la Asociación de Concesionarios (Acara), muestra que entre enero y noviembre la venta de modelos de Audi, Jeep, BMW y Dodge cayó entre 75 y 84 por ciento.
