Sin embargo, generó reacciones dispares en el sector privado, atento a las intenciones que la firma había manifestado respecto de vender sus activos en la Argentina.
En tanto, la decisión oficial disparó en la Argentina fuerte respaldo del gremio La Fraternidad, provincias atravesadas por esos ramales de cargas, empresarios y economistas, entre otros.
Según reflejaron distintos medios brasileños, ante la noticia de la quita de la concesión, Rouseff se comunicó con los directivos de ALL, aunque no trascendieron los términos de esa charla. Este año se fue del país la minera brasileña Vale y también negocia su salida la estatal petrolera Petrobra.
Por el contrario, puertas adentro de la Argentina, la decisión de la quita de concesión cosechó algunos elogios. El titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, por caso, destacó que la reestatización del tren de carga que explotaba ALL aumentará “la competitividad de la producción argentina”. Destacó también que “intensificará los lazos de la Unasur”, y permitirá el “desarrollo regional” de pueblos aislados en los ´90.
Vanoli destacó que “se bajarán los costos de traslado de mercaderías”, y habrá “un mejor impacto ambiental al reducir los gases de los camiones que en la actualidad son la única forma de trasladar la producción”.
En tanto, Adriano De Fina, gerente de la Asociación de Importadores y Exportadores de la República Argentina (AIERA) consideró que “es una excelente oportunidad para profundizar sobre la política de transporte donde el ferrocarril debe tener una mayor participación en la cadena logística interna y en las exportaciones”.
Según publicó Diario Bae, también el secretario de prensa de La Fraternidad, Horacio Caminos, se refirió al respecto, al señalar que “esta decisión firme de ir por la reestatización es lo más viable para que el sistema pueda resurgir”.
