Los cultivos en la zona núcleo comenzaron a formar un mosaico con gran variabilidad espacial. Esto sucede porque en años donde la humedad es el principal factor limitante, empiezan a ampliarse las diferencias entre suelos, según su capacidad de retención de agua. Así lo indicó hoy el último informe del GEA/Bolsa de Comercio de Rosario.
La oportunidad de lluvias en las diferentes etapas de los cultivos comienza a pesar y agrandar las variaciones entre lotes. Este efecto avanza paulatinamente desde zonas marginales hacia las más agrícolas, y se mueve al ritmo de las precipitaciones y condiciones de evapotranspiración. Debido a esto, en el maíz se observan casos de muy buenas y malas condiciones simultáneamente.
En el caso de la soja sucede lo mismo, aunque en forma atenuada ya que se encuentra en etapas vegetativas o en floración. Esta aún no ha iniciado el período más crítico en la definición de rendimientos (llenado de granos) y tiene mejores mecanismos de compensación que el maíz.
Los últimos días correspondientes al año 2007 y el comienzo del 2008 se vieron afectados por precipitaciones, las cuales se presentaron en forma irregular sobre la región GEA. La región más favorecida fue la subzona III, donde Chacabuco, por ejemplo registró acumulados mayores a los 45 milímetros durante todo el período. En menor medida el sur de la subzona GEA I también fue favorecido por las lluvias, como en el caso de Pujato que registró 28 milímetros de lluvia caída.
El maíz comienza con el llenado de granos, por lo que estas escasas reservas de agua en el suelo, no son buenas. Para llegar a condiciones óptimas de reservas serían necesarios, según la zona, entre 100 y 160 milímetros de agua en un período de 15 días.
