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El maní, un cultivo que agrega riqueza sustentable a la rotación

Un informe reciente de la Cámara Argentina del Maní destaca las virtudes productivas de esta oleaginosa regional.

Planta de procesamiento - Monte Maiz - Morel Vulliez
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Por Infocampo

En Argentina, se cultivan cada año aproximadamente 400.000 hectáreas de maní, trantándose de una oleaginosa que cada ciclo se expande a nuevas regiones a fuerza de buenas prácticas agrícolas y de integrarse a la rotación sustentable.

En un documento reciente, presentado por la Cámara Argentina del Maní (CAM), la entidad presenta los grandes aspectos de un trabajo que explican la forma de reducir al mínimo los riesgos productivos y ambientales que, en muchas ocasiones, suelen asociarse a la siembra de esta oleaginosa.

Lejos de representar un riesgo, desde la Cámara ponderan la riqueza que este cultivo aporta a la rotación y, en rigor, están vinculados a la ejecución de prácticas agronómicas.

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En este sentido, el informe destaca que el maní, actualmente, se implanta con un laboreo mínimo o en siembra directa, es decir, no genera una alteración de la estructura del suelo diferente a la que provocan otros cultivos.

Mani exportacion

Asimismo, remarcan que la sustentabilidad depende de la sostenibilidad global de la rotación: es un cultivo que se debe integrar dentro de un plan de largo plazo, pensando en coberturas permanentes para evitar las voladuras de los suelos.

Los estudios realizados a lo largo de los años, por la Fundación Maní Argentino y al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), demuestran que incluyendo al cultivo cada 4 o 5 años no se afectan los cultivos posteriores ni el estado de los suelos.

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También, entre las opciones que permitan ajustar las prácticas y seguir mejorando la producción del maní, se encuentran la implantación inmediata de un cultivo de cobertura posterior.

Las gramíneas de invierno, como el centeno, son una buena opción por el entretejido verde que generan y disminuyen los riesgos de erosión eólica.

De esta forma, el maní cultivado bajo buenas prácticas agrícolas, y dentro de una rotación integral, suma al sistema tanto biológico, como agronómico y económico.

Cabe destacar que la cadena exportó, en 2020, 1.000 millones de dólares y se transformó en la economía regional que más divisas trae al país.