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El negocio de exportar conocimiento al mundo

En los últimos diez años, los envíos al exterior se quintuplicaron, siempre a fuerza de la apertura de nuevos mercados e inversiones. Las semillas de maíz lideran las exportaciones, pero las de soja ganan terreno.

En los últimos diez años, los envíos al exterior se quintuplicaron, siempre a fuerza de la apertura de nuevos mercados e inversiones. Las semillas de maíz lideran las exportaciones, pero las de soja ganan terreno.

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Por Infocampo

hoy está muy bien valorado en todo el mundo”, destacó Oscar Domingo, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) a Infocampo.

“Desde la industria semillera, desde hace más de 30 años, aspirábamos a volver a ser el semillero del mundo. Hoy, sin lugar a dudas, lo estamos logrando gracias a este creciente negocio, y para todos nosotros es un gran orgullo”, anunció el presidente de ASA.

Asimismo durante el 2009 se exportaron 45.470 toneladas de semillas de maíz, siendo Estados Unidos el principal comprador por un total de u$s119,7 millones, según estadísticas del Senasa que abarcan el envío de semillas en general, no sólo la producción a contra estación. Le siguieron el envío de soja, 33.389 toneladas por u$s22,8 millones, y de girasol, con 7.413 toneladas por u$s32 millones .

También, según las estadísticas oficiales, todos los rubros muestran un crecimiento en dólares de alrededor del 10%. Números, a tener más que en cuenta.

Para este año, la industria semillera descarta que se superarían los u$s200 millones y apuntan a crecer en el mercado de semillas de soja.

Alfredo Paseyro, gerente comercial de Satus Ager, explicó a Infocampo que de ahora en más, con las nuevas regulaciones de la Conabia, que implementó un protocolo para la producción de semillas de soja con eventos biotecnológicos, se espera crecer en el área para este cultivo en unas 5.000 a 8.000 hectáreas de sojas reguladas.

Al mismo tiempo, otras 10.000 hectáreas serán destinadas para la producción de maíz, esto también gracias a la aprobación de los eventos apilados en los Estados Unidos.

Ahora bien, con tantos números alentadores también es importante remarcar que la producción de semillas a contra estación requiere de una fuerte inversión, ya que se realizan bajo riego, y los procesos productivos son más que veloces.

“Manejamos una ventana máxima de hasta 90 días. Con los materiales más cortos, producidos en enero o febrero, al poco tiempo ya están embarcados al hemisferio norte. Incluso mandamos en avión porque corremos contra reloj para cumplir con los tiempos de nuestros clientes”, remarcó Paseyro.

Si bien la inversión es importante, los números de retorno también lo son. A su vez, el resto del año, las empresas se dedican a abastecer al mercado interno.

El producto sale en contenedores, en bolsones de hasta 900 kilos y siguiendo al máximo distintas normas de calidad para que lleguen en perfecto estado a destino.

Por su parte, Oscar Domingo no duda que el negocio no se detendrá sólo con Estados Unidos y Europa. Incluso viajó a la India con el único objetivo de acercar a la industria local con los compradores indios.

“En la medida que nos vayan conociendo más como proveedores de semillas, ganaremos más mercados. Pienso que crecerá mucho el mercado europeo y tenemos que estar preparados para esto”, anunció Domingo.
Argentina tiene la máxima cualidad para producir a contra estación de las grandes extensiones de tierra, además de ventajas climáticas. Muy lejos de nuestro país se ubican Chile y Perú.

Para Alfredo Paseyro, quien tiene una visión bien orientada al negocio, lo fundamental es que se siga adelante con la aprobación de nuevos eventos y que estos estén a la par de Brasil. De esta manera se lograría una mayor fuerza como bloque y el negocio estaría bien orientado a lo que hoy necesitan los mercados internacionales.

También hace hincapié en la necesidad de regular, en el mercado interno, el uso propio: “Si el mercado local se regulariza, las ganancias que  encontramos como empresa las podemos volcar en más inversiones, más hectáreas sembradas en lo que se reflejaría en más exportaciones para el país”.

Tanto Domingo como Paseyro destacaron, además, que la exportación de semillas, sobre todo las de maíz, trae aparejado un incremento en la mano de obra utilizada.

“La producción de maíz lleva muchos procesos y se está exportando un producto de alto valor agregado. Es un dato a no descuidar, ya que muchas veces se habla de otras industrias como la de maquinaria agrícola que mueve al año poco más de u$s200 millones y los semilleros también manejan números similares”, aclaró el titular de ASA.

Así es que este negocio hoy se ha convertido en un importante generador de divisas, empleo e inversiones, y las proyecciones para los próximos años están orientadas a una plena expansión. Quizás dentro de muy poco la Argentina logre convertirse en el semillero del mundo, tal como se esperanzan las industrias locales.

 

Yanina Otero
Nota publicada en la edición de hoy del Semanario Infocampo

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