La elección del último domingo en suelo bonaerense en la que el armado peronista venció en las urnas al del oficialismo tuvo mucho de un comicio nacionalizado. El propio presidente de la Nación, Javier Milei, reconoció la derrota desde el búnker de La Libertad Avanza en La Plata.
De cara a las elecciones de octubre, pero también hacia lo que queda de mandato presidencial, el empresario pyme y analista económico Gustavo “Lacha” Lázzari comentó ante el llamado de Infocampo algunas de sus impresiones.
Habló de aspectos económicos, pero también de las “formas”: en ese plano, destacó la necesidad de que el Gobierno vuelva a “reincorporar” a figuras a las que excluyó de sus filas.
LA MIRADA DE GUSTAVO LÁZZARI
-¿Por qué se perdió la elección de parte del Gobierno?
-Hay una combinación de cinco factores. Una cuestión, la más grave para mi gusto porque mi diagnóstico inicial era que le gente le había dado un mandato al Gobierno, es que la gente tal vez se haya cansado de ese mandato. Vamos a suponer que la gente dijo “a este ajuste este no lo puedo aguantar más, no me da la espalda para aguantarlo”. Hace dos meses me tomé un taxi y el tachero (sic), re mileísta, me dijo “no me puedo dar el lujo de votarlo”. Tuvo que sacar a los pibes del colegio y salir él de la obra social. Ahí, recién, se había equilibrado, pero solo sus hijos tienen cobertura médica. Su frase fue clara: “No aguanto más”. Lo apoya, pero no lo puede aguantar. Esa fue una de las razones.
-¿Las demás?
-Lo segundo es un tema de formato y estilo: siempre el Gobierno dijo que “la forma no importaba”. ¿Y sabés qué? Las formas sí importan.
-¿En qué lo ves?
-Hubo gente que se sintió dolida y lastimada. Hay gente que no entiende la ironía, que es algo que el Gobierno utiliza mucho, como cuando retuitean a los tuiteros clásicos, que son todos irónicos. Bueno, hay gente que no lo entiende y lo toma más literal. Entonces, hay formatos que no van y para mí, dentro de esos formatos, fue el de haber lastimado a soldados propios.
-¿Quiénes por ejemplo?
-Es inexplicable que este proceso de transformación económica no lo tenga López Murphy o a Diana Mondino en las filas, a quienes se los insultó por no ser leales. La tercera cuestión puede ser el armado político: capaz que no caminaron lo suficiente, no fiscalizaron y pusieron candidatos ‘más o menos’. Ningún candidato se mostró mucho, yo no yo no he escuchado a ningún candidato hablando de nada. El cuarto punto es que las balas de la oposición, entraron. Pero el quinto punto es para mí, junto al segundo, de los más importantes.
-¿Cuál sería?
-Que se concentraron en lo financiero. Y cuando te concentrás en lo financiero, el tipo de la de la calle, el tipo normal, el kiosquero, ve al de la gran empresa que dice “voy a ser el mayor vendedor de café del mundo”. Esa persona comprende que está compitiendo con un gigante y siente que no vende ni dos cafés en la esquina. Cuando empezás a ver que el modelo lo agarran cuatro o cinco, no te causa gracia. No genera empatía con el caído y en los últimos dos meses y medio se concentraron con que el dólar no se fuera a las nubes. La agenda era muy de la City porteña y de pronto el tipo del Interior que está levantando un galpón o comprando una máquina en un banco no tiene crédito porque se asustó un pibe de 25 años que tiene bonos, usa traje tipo chupín y no quiere perder el bonus de fin de año. Por ese chichipío (sic) pagó todo el sector. Nos olvidamos de la economía real. Pero eso fue los últimos dos meses, porque hasta junio veníamos relativamente bien.
¿CUÁL FUE EL ROL DEL AGRO EN LAS ELECCIONES?
-Vayamos puntualmente a lo que tiene que ver con el sector agropecuario. Más allá del ejemplo del taxista, ¿qué creés que sucede en ciudades más ‘agropecuarias’?
-Primero dejame hacer una corrección: es un error tomar por ejemplo a Junín como ‘voto del agro’, en Junín hay más empleados del Sistema Penitenciario que productores agropecuarios. Es un error. Allí la ponderación del agro no es tan importante, quizás en la economía del pueblo, pero no en el voto. Hay otra lógica porque son ciudades importantes. Por ejemplo en una ciudad de 20.000 habitantes con 800 empleados públicos que tienen congelado el sueldo desde hace un año y medio, bueno, ese tipo va a votar en contra. No pondría el voto del Interior como voto del campo. Hay que entender que esta reforma económica te genera perdedores que deberían ser de corto plazo, si la manejás bien. Pero si se te transforma en largo plazo, cagaste (sic).
-¿Quiénes son los perdedores y ganadores?
-Perdedores, sectores urbanos. Y ganadores, los sectores más rurales, más ligados a la producción y transformación de materia, pero en un esquema ideal del esquema del plan económico funcionando a pleno. Yo lo resumo en una frase: un desocupado textil de San Martín (NdR: uno de los municipios más fabriles del Conurbano bonaerense) no se transforma en minero en tres días. Tal vez pasa un año, y en ese año vota en contra; hay que atenderlo de alguna manera con mecanismos de adaptación. Yo creo que eso se hace mediante la baja de impuestos y la reforma laboral, para que los ajustes sean más rápidos. Y en el medio debería haber alguna otra opción.
-¿Qué te dicen los productores agropecuarios en las charlas?
-No pondría al voto del interior de la provincia de Buenos Aires como un voto contra el modelo, como que el agro le da la espalda, porque cuando recorro y doy charlas veo que eso no es así, la gente sigue apoyando. Yo veo por lo menos debo ver a no menos de 600 personas por semana entre las dos o tres charlas que doy. Y la gente sigue apoyando, aún en el dolor, pero es el eslabón más alto de tolerancia al dolor.
-¿Qué puede hacer el Gobierno?
-Como decía, creo que acá hubo algún urbano que votó a Milei a quien todo esto le dolió y dijo “atendeme esta señal”. Ahora, si el Gobierno entiende y atiende a esta señal, tiene todo para darla vuelta, obvio.
-¿Cómo viste el discurso de Axel Kicillof y cómo lo observás de cara a 2027?
-Primero, yo no manejo la interna de ellos. Pero creo que hizo un discurso bien para adentro. Lamenté mucho que haya hecho esa afrenta pública, esa mojada de oreja de pedirle la reunión al Presidente. Realmente creo que el Gobierno nacional debe reunirse con cada uno de los gobernadores, incluso de la provincia de Buenos Aires, plantear las diferencias, pero ver temas en común, como por ejemplo tener la provincia inundada y que falta obra hídrica. Estamos pagando las consecuencias de mil años, no de Milei, pero eso queda pendiente. Pero lamenté que lo haya pedido públicamente, porque no la va a tener. Hubiera preferido que sea en privado. Creo que el frente opositor tiene mil internas y que se van a sacar los ojos entre ellos, creo que esto es más que nada un llamado de atención al Gobierno, no un respaldo a la oposición.
