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El Vino Turista ya se comercializa en supermercados

Además de ofrecerse en los restaurantes, desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura están negociando para que también llegue a las góndolas de todo el país. El genérico sale $20 y $25 el varietal. 

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Con 5 bodegas elaborando el Vino Turista y los restaurantes dando los primeros pasos para incorporarlos a sus cartas, desde el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) decidieron jugar otra ficha fuerte y ahora están negociando con las grandes cadenas de supermercados para que también llegue a las góndolas de todo el país. La aspiración es que antes de que culmine el 2012 empiece a estar disponible; y según adelantó el titular del INV, Guillermo García, tendrá el mismo precio: 20 pesos para el genérico y 25 pesos para el varietal (ambos en botellas de 750 cc.), según publicó el Diario de Cuyo. 

Por el momento, todas las bodegas elaboradoras son mendocinas, pero ya hay 3 de San Juan que presentaron las muestras para sumarse al proyecto; mientras que desde otros oasis vitivinícolas (La Rioja, Salta, Neuquén, Buenos Aires, Córdoba, entre otras) no han manifestado todavía interés. Las novedades se conocieron antenoche en una cena de camaradería que organizó el Instituto para presentar ante la prensa regional la primera marca que sale al mercado (Terrenal). 

‘Estamos trabajando con las bodegas para disponer de volumen, algo que las cadenas de supermercados necesitan asegurarse porque tienen muchos puntos de ventas en el país y hay que negociar para aceitar todo. El punto, a mi entender el más delicado, tiene que ver con el aspecto financiero de cómo van a pagar‘, explicó el titular del INV, Guillermo García. En este sentido, Héctor Voena, vicepresidente del organismo, precisó que la estrategia apunta a que el precio final para los súper sea de 12,50 pesos y que la pretensión oficial es que no paguen a plazos largos, como lo hacen con otros productos (alrededor de 90 días), sino dentro de un tiempo que se ‘adecúe a las características del sector vitivinícola‘. 

Con los restoranes y los supermercados dentro del canal de comercialización, y sabiendo que cuando se aceite la cadena de distribución del Vino Turista puede generar un cuello de botella en cuanto a la disponibilidad de volumen, en el INV quieren dar pasos seguros y garantizar que los caldos que salgan a la calle no bajen de la calificación base: 80 puntos. 

‘Esto es un proceso cultural que merece un trabajo a mediano y largo plazo. Por ahora decidimos que vamos a seducir con un producto de buena consistencia, con la mejor relación precio-calidad que la industria vitivinícola le puede ofrecer al sector gastronómico y bajo un concepto de calidad certificado. Todo esto hay que sostenerlo con el tiempo, de acuerdo a que primero tiene que estar el abastecimiento, luego la calidad y que llegue a los restoranes‘, precisó García. La ecuación económica que armó el INV para quedar bien con todas las partes es: la mayor rentabilidad queda para los restoranes. En el caso del varietal, los porcentajes son del 33,96% para las bodegas, 11,32% para el distribuidor y 54,72% para los restoranes.

Arenga a las Pymes: “Ansiamos que esta primera tanda de bodegas Pymes que iniciamos con el proyecto del Vino Turista sirva para que empresarios chicos pero pujantes de los valles vitivinícolas, se sumen a este barco porque estamos convencidos que podemos entre todos lograr ventajas comparativas y ganar un mercado que hoy lo tienen copado otras bebidas, si al aspecto precio se refiere”, dijo a viva voz Jorge Palazzo, uno de los empresarios del Este mendocino que dieron el puntapié inicial. El llamado a las bodegas chicas le abre un negocio interesante a este sector, al que tampoco quieren dejar de lado los popes de la industria y una señal de ello es que el gigante vitivinícola Fecovita ya hizo los deberes para sumarse al lote de bodegas que van a comercializar este producto.

Es que tanto del lado empresario como gubernamental, saben que el precio que ostenta el Vino Turista puede competir en los restoranes con la cerveza, principal rival. Es que la realidad manda: una cerveza en un restorán se vende sobre los 20 o 25 pesos, cuando se sabe que el vino es más tentador para acompañar una comida, pero resulta prohibitivo -explicaron- cuando la opción resulta por encima de esos valores. “La relación precio-calidad le garantiza al cliente tomar un vino de características muy atractivas para el paladar y a un costo fantástico, lo cual nos da muchas esperanzas de que funcione muy bien”, comentó Guillermo García.

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