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En Concordia, el tomate se hizo amigo de los biológicos y se redujo 85% el uso de agroquímicos

Además de la disminución en el uso de insumos de orígen químico, se registraron mejoras significativas en la preservación de la biodiversidad y en la reducción de plagas y enfermedades.

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Por Infocampo

En la localidad entrerriana de Concordia, un productor de tomate apostó desde hace ocho años a incluir la sustentabilidad en su planteo.

Con este objetivo, llevó a cabo un proceso de transición agroecológica, que redefinió su trabajo y aportó beneficios significativos al medio ambiente, la salud humana y la sostenibilidad a largo plazo de la horticultura en los invernaderos.

Para llevar a cabo este proceso de transición, se aplicaron diversas prácticas. Entre ellas, el uso de protocolos de monitoreo para control de plagas y la preservación de la fauna auxiliar, así como la implementación de técnicas de biosolarización y el fomento del equilibrio natural en el ecosistema del invernadero.

En ese tiempo, también se implementaron otras estrategias como la inoculación del suelo con microorganismos benéficos, liberación de enemigos naturales, el trampeo masivo para el control de insectos como la mosca blanca o la polilla del tomate, así como pruebas experimentales con formulaciones de origen botánico.

Los resultados quedaron a la vista y este productor logró reducir en un 85 % el uso de productos de síntesis química. En paralelo, se registraron mejoras significativas en la preservación de la biodiversidad y en la reducción de plagas y enfermedades.

PRODUCCIÓN SOSTENIBLE EN EL TOMATE

Además, se incorporaron biosestimulantes a base de aminoácidos y extractos de algas para fortalecer el desarrollo de las plantas de manera natural.

En términos generales estas prácticas no solo contribuyeron a una producción económicamente sostenible, sino que también abordó aspectos sociales y ambientales de manera integral.

Un dato a destacar es que el monitoreo de especies y el seguimiento de la diversidad biológica se tradujo en un aumento en la preservación de la biodiversidad en el entorno del invernadero.

Durante este proceso, se identificaron parasitoides de mosca blanca, tales como Eretmocerus mundus y Encarsia nigricephala entre otros, así como depredadores de mosca blanca y polilla del tomate como Tupiocoris chlorogaster, y parasitoide de huevos de lepidópteros, como Tricogramma sp.

EL APORTE TÉCNICO

Jorge Castresana -investigador de INTA Concordia– indicó que “este cambio implica una evolución desde un modelo convencional dependiente de insumos químicos hacia un enfoque agroecológico que prioriza la biodiversidad, la salud del suelo y la integración de procesos naturales.”

El investigador remarcó que para llevar a cabo este proceso de transición, se aplicaron diversas prácticas.

“Se han utilizado tanto protocolos de monitoreo para control de plagas y la preservación de la fauna auxiliar, así como la implementación de técnicas de biosolarización y el fomento del equilibrio natural en el ecosistema del invernadero”, sostuvo.

El profesional agregó que otras medidas de trabajo incluyeron la sustitución de productos de síntesis química de amplio espectro por productos selectivos y de origen botánico, el reemplazo de enraizantes químicos por opciones biológicas, la aplicación de fertilizantes químico-orgánicos y la reducción del uso de sales.

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