Durante ese mes, el volumen total egresado del país fue de 198,2 toneladas, todas con destino a Francia. Esta cifra representa el mayor volumen exportado durante el primer mes del año desde 1999, cuando comenzó a regir la certificación en origen.
En tanto, hasta el 15 de febrero se habían certificado 80 cargas, es decir, 1864 toneladas, todas con destinos en la Unión Europea.
El principal mercado de esa quincena fue Bélgica, con 1146 toneladas, seguido por Alemania, Holanda, España y Francia, que en conjunto sumaron el 31,4 % de los envíos de ese período.
En cuanto a las variedades, el 43 % de lo exportado corresponde a Valcatorce INTA, el 23 % a Torrentina, y el resto a cebollas dulces, moradas y blancas.
En los dos primeros meses del año anterior se habían exportado 1113 toneladas (el 95 % con destino a la Unión Europea), lo que evidencia el mayor interés que, en esta temporada, tienen los compradores europeos por la cebolla de la Región Protegida Patagónica.
A todo esto, el principal comprador histórico, Brasil, comenzó a importar cebolla durante los primeros días de la segunda quincena de febrero, a pesar de tener previsto el inicio de sus operaciones para mediados de marzo.
A su vez, la Región Protegiga Patagónica produce anualmente alrededor del 85 por ciento de la cebolla que exporta el país en su conjunto.
En el 2006, el volumen total comercializado superó las 430 mil toneladas, de las cuales 230 mil fueron exportadas.
De esa cifra, 197.000 tuvieron como destino a Brasil, mientras que 31 mil salieron a Europa, distribuyéndose el resto en otros mercados menores.
El Programa de Certificación en Origen de Cebollas Frescas para Exportación, ejecutado por Funbapa y monitoreado por Senasa tiene el objetivo de garantizar la identificación del origen de la cebolla y verificar la sanidad y calidad de la mercadería con destino a exportación en la misma zona de producción, teniendo en cuenta la legislación correspondiente según el destino.
