Los agricultores deben recibir incentivos financieros para implementar prácticas que ayuden a proteger el medio ambiente, según el informe anual 2007 de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El almacenamiento de dióxido de carbono en plantas, la provisión de agua potable mediante control de inundaciones y la conservación de la biodiversidad, son algunas de las prácticas destacadas por la FAO en ese sentido.
En la presentación del informe, titulado Estado de la Alimentación y la Agricultura en 2007, el director general de la FAO, Jacques Diouf, aseguró que “la agricultura emplea más personas y utiliza más tierras y agua que cualquier otra actividad humana”.
“Tiene el potencial para degradar la tierra, el agua, la atmósfera y los recursos biológicos, o de enriquecerlos, según las decisiones que tomen las más de 2.000 millones de personas que dependen directamente de cosechas, ganados, pesca o bosques. Garantizar incentivos apropiados para esta gente es esencial”, agregó.
El crecimiento demográfico, el rápido desarrollo económico, la creciente demanda por biocombustibles y el cambio climático aumentan la presión sobre recursos medioambientales, y se espera que la agricultura alimente a una población mundial que crecerá de 6.000 a 9.000 millones en 2050, afirma la FAO.
“Una de las razones importantes para la degradación medioambiental es la percepción de que muchos servicios de la naturaleza son gratis… Nadie los posee ni es recompensado por ellos, y los campesinos tienen pocos incentivos para protegerlos”, denuncia la organización.
El esquema actual de los incentivos financieros descuidó los servicios beneficiosos que podrían brindar agricultores de todo el mundo, una tendencia que, según el informe de la FAO, podría ser revertida por nuevas retribuciones a esas prácticas, informó un despacho de la agencia alemana DPA.
La FAO también destacó que ya existen cientos de programas de pagos para servicios medioambientales a nivel mundial, sobre todo en materia de conservación forestal, “pero son relativamente pocos los programas para servicios medioambientales dirigidos a agricultores de países en desarrollo”, concluyó.
Fuente: Télam
