La medida del peso mínimo tomada por el Gobierno el año pasado significó para el empresario de feedlot un replanteo del negocio, ya que los encierres son más largos, lo que implica una menor circulación de hacienda por año, y por ende menor circulación de capital. “Esto a su vez acarrea también un costo financiero mayor”, aseguró el presidente de la Cámara de Engorde a Corral, Rodrigo Troncoso.
De esta manera, lleva más tiempo que el acostumbrado ya que hay que recriar, echar hueso y estructura, por lo tanto un engorde promedio de 80/90 días será ahora de 150/160.
Además, en caso de seguir encerrando hacienda de menos de 200 kg hay que entregar dietas menos energéticas para evitar que se terminen antes del kilaje determinado y si se encierra de más de 200/220 kg, los costos son mayores, dado que la eficiencia de conversión no es tan buena como en animales más livianos. El camino para trabajar con esta normativa es la eficiencia. A pesar de esto la relación económica hoy es más positiva que en tiempos anteriores, determinado principalmente por el mayor ingreso por venta. El aumento del precio del maíz es una variable considerada dentro del negocio, pero no hay grandes alternativas ya que es la fuente energética por excelencia. Se puede jugar con algunos subproductos de éste, pero siempre va a ser el principal insumo en este sector. Es preferible la calidad de terminación ya que el negocio pasa más por la compra y venta del producto terminado, a pesar de las fluctuaciones del precio del cereal. Más allá de que la dieta a base de maíz y sus derivados es la ideal, hay otras opciones como el sorgo, avena, cebada, pellets de girasol, soja, afrechillo, etc. Los feedlots a principios de marzo estaban con una carga de un 48/50% de ocupación, que serían entre 6 a 8 puntos por encima del mismo período que los años 2004 y 2005. En su mayoría, están comprando y reponiendo stocks, ya que es la época de mayor ofrecimiento de terneros.
Suspensión de exportaciones. Estas medidas afectaron negativamente desde el productor hasta el industrial de la carne. “La incertidumbre aleja la inversión y el productor opta por algo más transparente y rentable como hacer soja”, señaló Esteban Raviele. Por otro lado, el ánimo del productor afectó negativamente al ver que una de las grandes alternativas del sector se ve coartada por su mismo gobierno. “En cuanto a los precios actuales no creemos que afecten al corto plazo”, afirmó Troncoso y aseguró que frena el crecimiento y afecta todos los contratos comerciales que pudieran tener los exportadores, tema complejo a la hora de regresar al mercado internacional, ya que el lugar será ocupado por nuestros competidores. Aunque todavía no se sabe cómo va a influir económicamente, es real que tanto la ganadería como la agricultura en estos últimos tiempos atrajeron inversiones de otros sectores que preferían la opción de engordar a la de colocar sus ahorros en el sistema financiero.
Florencia Lucero Heguy
Especial para Infocampo
