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Fertilizantes: está todo para la suba

Se registran incrementos en la urea, en línea con tendencias alcistas en el mercado global

Se registran incrementos en la urea, en línea con tendencias alcistas en el mercado global
infocampo
Por Infocampo

Según el informe a los accionistas de Agrium, el valor promedio de la tonelada de urea en el mercado sudamericano pasó de 175 dólares en 2003 a 223 en 2004 y a 265 en 2005.

El alza de los fertilizantes, asociada al mayor costo de la energía y a una demanda que supera a la oferta, disparó las ventas de las compañías que operan en este segmento. Sólo en la Argentina, Mosaic pasó de facturar u$s 114 millones en 2003 a 211 en 2005. Las de Agrium, que tiene el 50% de la planta de Profertil en Bahía Blanca, saltaron de u$s 111 millones a 149 en ese mismo periodo.

La pregunta que ronda el mercado es si la tendencia alcista de los nutrientes continuará esta campaña.

“En el último mes, la urea subió un 20%”, dice el director de insumos de una importante compañía mayorista, que prefiere no ser individualizado. “Esta suba se relaciona con aumentos de la urea en la región del Mar Negro y también con una nueva escalada de los fletes oceánicos”, continúa.

Este operador maneja valores de referencia, hoy, de 335 u$s/t para la urea granulada, a granel y a retirar del puerto. Para el fosfato diamónico, en las mismas condiciones, el precio ronda los 345 u$s/t. Pero al productor, los nutrientes llegan a precios superiores por la incidencia del flete, el embolsado (agrega 10 u$s/t) y el lógico margen de la cadena de distribución.

En líneas generales, el mercado global de la urea es más volátil que el del fósforo. Los fundamentos del mercado para el primero de los nutrientes están dados por una producción agrícola que no alcanza el crecimiento del consumo (6% contra 8%) y que para hacerlo debe crecer en productividad, lo cual presiona sobre la demanda de los fertilizantes.

Una consultora australiana estima que en 2006 los precios del nitrógeno seguirán en niveles “históricamente altos”. Uno de los factores es que China, principal productor y consumidor mundial, está limitando la exportación porque prioriza el abastecimiento de su mercado interno a precios razonables. A esto se le suma que diversas inversiones en fabricación, atraídas por los altos precios de los fertilizantes, recién estarán activas en 2007.

Ahora bien, ¿qué puede pasar con la demanda en la Argentina? Los entrevistados coinciden que por ahora el mercado espera definiciones.

Por un lado, si los chacareros se largan a sembrar trigo, el área podría crecer hasta seis millones de hectáreas y eso se correlaciona con mayor demanda de nutrientes.

“Esperamos incrementar las ventas un 20%”, opina Héctor Di Tullio, director de Agrefert, una compañía que opera en la zona de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, donde la recarga de agua en el perfil es buena.

Pero en el sudeste y sudoeste, el panorama es distinto. Esta campaña los productores no cuentan con la soja de segunda, cuyos 5 a 7 quintales de rinde servían para comprar los fertilizantes del trigo, por medio del canje. “Lo mismo pasa con la soja de primera, que no anduvo bien y que les baja los ingresos en unos 40 dólares por hectárea”, sostiene un vendedor de la zona. “A comparación del año pasado, acá en esta zona (sudeste) el mercado está mucho más planchado”, agrega.

Un fenómeno que se empieza a ver, particularmente en el sudoeste, es la demanda de crédito para la compra de insumos en esta campaña, fruto de la descapitalización sufrida por la mala cosecha de trigo 2005/06. Así lo percibía el gerente de insumos de una importante agronomía del oeste bonaerense.

“Hay olor a suba”, concluye el primero de nuestros entrevistados. “Algunos distribuidores compraron para tomar posición, pero en general el mercado está estático a la espera de la evolución de los precios”, concluye.

Javier Preciado Patiño y Eliana Ramos

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