Con 30% del área cosechada al 2 de marzo, y a partir del análisis de la evolución desfavorable que ha tenido el girasol en el sudeste de Buenos Aires (la principal cuenca girasolera), desde la Bolsa de Cereales se animan a pronosticar que la tendencia a la caída de los rindes se mantendrá hasta el final de la cosecha y redundará en una merma en la productividad física por hectárea al final de la cosecha de 16,2 por ciento.
Con un tercio del cultivo recolectado, principalmente proveniente de las provincias de Chaco, Santiago del Estero y el centro-norte de Santa Fe (72% del total) los rindes promedio son de 1.420 kilos por hectárea, esto es un 15% por debajo de la campaña 2005/2006 a igual fecha. Ya se recolectó alrededor de un millón de toneladas.
El desarrollo fenológico del girasol se vio afectado por una combinación de factores entre los que se destacan el déficit o el exceso de lluvias (dependiendo de las zonas), enfermedades y el efecto depredador de aves que generó pérdidas en zonas importantes.
De acuerdo con lo señalado la Bolsa de Cereales los resultados han sido decepcionantes en el Chaco, y mejores en Santiago del Estero y en el centro-noroeste de Santa Fe.
En el sudeste de la provincia de Buenos Aires la fuerte sequía que se observó durante el verano impactó sobre la productividad potencial, con importantes mermas en algunas zonas (Tres Arroyos y Coronel Dorrego, por ejemplo) que alcanzan al 50%, a lo que se deben tener agregar las magras perspectivas que se esperan con la recolección de los plantíos de una gran parte del sudoeste de Buenos Aires y centro-sur de La Pampa. Los resultados de trilla en la región son desalentadores: con el 3% trillado los rindes promedio son de 1.300 kg/ha promedio.
Se proyecta entonces una producción para la campaña 2006/2007 de 3,65 millones de toneladas (Bolsa de Cereales) a 3,80 Mt (SAGPyA). De concretarse la estimación realizada por la Bolsa de Cereales, la misma se ubicaría 3,40% por debajo de lo observado en la campaña 2005/2006.
Este recorte en los niveles de producción se debería principalmente a una baja de rindes de 11,4%, ya que la superficie sembrada con la oleaginosa aumentó 7,9%, de 2,26 a 2,44 M de hectáreas.
