Un sistema que quiere mejorar
Creo que las cooperativas en el país nacieron sobre una idea muy buena que es el capital social. Lo que ocurrió es similar a lo que pasó con el Estado, el cooperativista, como los ciudadanos, se quedaron esperando que los sirvan , que les presten servicios y se desligaron de las responsabilidades de la participación y descuidaron los intereses del grupo. Paralelamente los dirigentes y gerentes, en muchos casos, comenzaron a utilizar estas estructuras en pos de sus propios intereses. Y así, fue desvirtúandose un sistema que tiene como bases fundamentales preceptos que enaltecen el trabajo y la organización social.
La década del 90 marca un punto de inflexión con mucho más desarrollo de capital social tras un interés común y se abre un panorama muy interesante para las cooperativas que son una forma de integración horizontal.
La realidad indica que las cooperativas no tienen crédito, en muchas ocasiones, porque han desarrollado una imagen negativa, ligada a este proceso que se vivió, pero, asismismo creo que se va revirtiendo lentamente y está surgiendo una forma más dinámica y con una mentalidad más capitalista de hacer cooperativismo y que se inserta mejor en el sistema económico que vivimos.
Están cambiando y aceptando las reglas de juego que es una forma de pulir las inequidades del capitalismo, no desplazándolo sino, mejorándolo.
Manuel Alvarado Ledesma
Lic. en Economía
Recrear el valor de ser cooperativo
El cooperativismo es considerado nuevamente y tiene que entrar en recuperación después de la crisis que nos afectó hace tres años. Si bien la reactivación del agro permitió que las cooperativas mejoraran su situación, necesitamos no solamente poder refinanciar las deudas, sino también crecer. Para eso es fundamental contar con herramientas crediticias, con tazas acordes a los crecimientos, por ejemplo si queremos llegar a una producción récord de 100 millones de toneladas vamos a necesitar que las obras de infraestructura se pongan a tono para acompañar este crecimiento. Hasta el momento los mercados tienen valores aceptables y sin dudas, la exportación será el nuevo desafío a encarar. Pensando en un año más adelante, el panorama indica que serán necesarias la instalación de industrias que permitan dar a las cooperativas ese salto cualitativo para crecer. Las posibilidades de crecimiento están, pero se necesitarán condiciones que sólo con políticas acordes se pueden alcanzar. Será necesario reinstalar en la sociedad los valores del asociativismo, que es la oportunidad de pequeños y medianos productores para organizarse y crecer. Que consideren que de esta manera pueden tener los más chicos, una expresión económica como la de los grandes.
Fernando Gioino
Presidente de Coninagro
