El aceite de colza es el tercero en importancia a nivel mundial, después del de palma y soja, sin embargo, en la Argentina, según datos de la Secretaría de Agricultura, el cultivo ocupó en la última campaña apenas unas 14.556 hectáreas o entre 20.000 a 30.000, según fuentes privadas.
Sin embargo, la oleaginosa quiere ganar más terreno y como la presentaron en el último congreso de Aapresid en agosto del año pasado quiere ser “una estrella que asoma”.
“Hoy por hoy los productores llaman constantemente para consultar por colza, cosa que el año pasado no ocurría tanto.”, destacó Antonio Andrada, trader de ACA.
En la misma línea coinciden desde Cargill. “El interés del productor hoy está superando nuestras expectativas iniciales, creo que podríamos hablar de un crecimiento muy importante en hectareaje que podría llegar a duplicar el del año anterior, estamos abriendo el espectro de recibo con opciones en Rosario y Bahía Blanca”, dijo Gustavo Colombo, responsable del área comercial de esta firma en Necochea.
Fuentes de Molinos Río de la Plata y Glencore también estiman una duplicación del área nacional, mientras que en el semillero Sursem son todavía más optimistas. Adolfo Mac, gerente comercial, cree que se podría llegar a las 80.000 a 90.000 hectáreas. Desde Glencore también agregaron que hay mucho interés de grandes pooles en hacer colza.
Como ejemplo, en Los Grobo, el gerente de producción, Marcelo Rey, anticipó a Infocampo, que en este ciclo van a sembrar unas 1.000 hectáreas, lo que representa una aumento del 100% con relación al anterior. En la campaña pasada lograron un rinde variable según el antecesor (girasol, trigo o campo natural), pero como dato promedio fueron 1.600 kg por hectárea. Ahora bien, ¿por qué tanto interés en el cultivo? Hay dos razones fundamentales, la primera, los buenos precios.
En la campaña pasada los contratos estuvieron entre los 220 u$s/t a 240, pero casi se duplicaron al momento de cosecha. “Toda la colza que hubo se vendió a buenos precios (promedios u$s370/t, mándola los exportadores hasta con un 16-17% de humedad, cosa que ya está instutucionalizada y permite una cosecha directa”, indicó Carlos Danilowicz, del directorio comercial de Glencore.
Hoy ya se habla de una base de u$s400 para la campaña nueva que también podría rondar los u$s420, condiciones comerciales muy similares al girasol. Todas los originadores consultados están trabajando en estos días en definir la propuesta.
Los valores internacionales están más altos. Los mercados de referencia son Winnipeg (Canadá), donde el 25 de febrero la colza cerró a u$690,30 (lejos de la soja que en Chicago se negoció a u$s533) y el Matif (Francia), que ese día se cotizó a 490 euros, equivalentes a 732,80 u$s (conversión al dólar por 1,4963 en esa fecha). “La perspectiva que se vislumbra es una demanda sostenida en el corto y mediano plazo impulsada por la disminución de la producción en China e India, aún no definida, y el efecto de la demanda creciente de, este cultivo para su uso como biocombustible, sobre todo en Europa, además es un excelente aceite para consumo humano”, señaló Mac. En ACA y Molinos también coincidieron en que las pérdidas por heladas en China van a tener su efecto en el mercado, a la par de nuevos pedidos de otros países asiáticos.
La segunda razón que empuja el auge es que esta oleaginosa es un buen antecesor de cultivos de segunda. “Resulta una alternativa de diversificación interesante durante el invierno que se inserta muy bien con las propuestas, hoy en desarrollo, de intersiembra con soja o como predecesor de soja de segunda, maíz y sorgo, dado que permite una liberación temprana de los lotes”, explicó el gerente comercial de Sursem, empresa que está lanzando un grupo de cuatro nuevos materiales que cubren todos los espectros de madurez y que, según sus datos, en 2006 tuvo una participación del 60% en las ventas del mercado fiscalizado.
Otros semilleros que participan son SPS, Don Atilio, Advanta, Brioproductos SA, Al High Tech y no se descarta la incorporación de un nuevo jugador en este negocio. “En 2007 empezamos a conversar la formación de una nueva sociedad. con la perspectiva de que incluya al “Un distribuidor y nosotros como fuente de germoplasma y tecnología es una sociedad en proceso de formación. De esta manera, a SPS se suman Glencore y Lartirigoyen. Ya tenemos lanzada la siembra asociada y estamos trayendo nuevos híbridos de colza, invernales y primaverales”, resumió Guillermo De Simone, gerente general de SPS.
Algunas traders no sólo estarán presentes en la compra del grano, Molinos además de afirmar que será un activo comprador, también prevé un plan de producción propia. Va a trabajar con todos los semilleros y en todas las zonas, con foco en la núcleo sojera y al norte de esta región. En ACA, en tanto, señalaron que están creciendo mucho en la zona de up river y que en este ciclo trabajarán con todos los semilleros, incluso se prevé uno nuevo, siempre con materiales no GMO.
Proyecto nacional
El año pasado se lanzó un trabajo en red en colza, bajo la coordinación de Cazenave y Asociados SA y en el que participan Bayer Cropscience, Cargill, Dow Agrosciences, Glencore, Lartirigoyen, SPs, Al High Tech y Sursem, al que este año se sumaría Advanta y otras empresas. El trabajo cuenta con la dirección técnica de Jorge González Montaner y el asesoramiento de Pablo Casalá. El objetivo es aunar esfuerzos de los actores vinculados en la cadena para poder hacer de un cultivo de alta demanda internacional, una alternativa más para el productor en rotación. ‘La participación de las empresas es muy activa en el intercambio tecnológico y en la colaboración con lo que implica el desarrollo de nuevas tecnologías. El proyecto genera el ámbito adecuado para la interacción, discusión, puesta en común.’
En la primera campaña de este trabajo se realizaron 13 módulos de 50 ha aproximadamente, distribuidos en la Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba. “Cada módulo contó con alrededor de un 80% del área dedicada a la colza, con diferentes variedades e híbridos, tanto invernales como primaverales, con distintas fechas de siembra y sistemas de producción, con diferentes sistemas de siembra y manejo de rastrojos”, explicó Marcos Botta, junto con Luis Bianchi, Mercedes Ambrosoni y Milagros Cilley, que coordinan el proyecto en Cazenave.
El resto de la superficie se dedica a la siembra de testigos, que varían según la zona comparando la rotación colza/soja de segunda versus el cultivo o rotación con el cual compite en cada ambiente.
Los rindes logrados en el noroeste bonaerense y sur de Córdoba promediaron los 2.560 kg/ha con picos de 3.805. En la zona sur las heladas menguaron los resultados, pero lotes no afectados dieron más de 2.700 kg. “Hay gran interés de los productores por acercarse a este cultivo que asoma para crecer”, concluyó Botta.
Alexia Giménez