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La micrometeorología, la ciencia en la que trabaja el INTA para entender más el ambiente y el agrosistema

Se estudia la variación de la condiciones ambientales en los primeros metros. Entender estos cambios son clave para entender más el microambiente en que crecen los cultivos.

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Por Infocampo

Los fenómenos meteorológicos pueden clasificarse según su duración y extensión espacial. A nivel de microescala se define como micrometeorología. Al respecto, se trata de mecanismos por los cuales el ambiente interactúa con los seres vivos por corta duración en el tiempo y una extensión horizontal y vertical menor.

Esta ciencia del clima aplicada a los primeros metros del suelo, definen expertos del INTA, tiene una fuerte implicancia para el sector agropecuario.

Micrometeorologia Datalogger

“Entre otras aplicaciones, la micrometeorología permite el abordaje de variables extremas como las heladas, el comportamiento y avance de plagas y enfermedades, la variabilidad en la distribución del agua disponible y, actualmente, para una necesaria captura intensiva de variables meteorológicas en simultáneo a determinadas prácticas de manejo”, resume Pablo Mércuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA.

Para el experto, esta ciencia viene a resolver una deficiencia. “Aún las redes de captación de datos de superficie son muy poco densas, y recurrimos a interpolaciones o grillas de información derivadas de diferentes procesamientos de imágenes satelitales”, sostiene.

“Dataloggers”

En INTA Mendoza, el grupo de Ecofisiología de la vid se encuentra realizando estudios del microclima, midiendo las condiciones de temperatura, radiación, humedad relativa y velocidad del viento a nivel de canopeo de vides.

Según Jorge Prieto, investigador de esta unidad, actualmente, están caracterizando el microclima en las distintas orientaciones de plantación y en otras alternativas de manejo del viñedo de adaptación al cambio climático.

Por medio de sensores dataloggers, desarrollados por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), acoplan estos dispositivos a la planta y, al mismo tiempo, por ejemplo, calientan la planta y censan el ambiente para conocer las diferencias planta/ambiente en esa microatmósfera.

“El microclima nos permite entender cómo va a afectar la temperatura la madurez de la uva, el pH, la acidez, el color, lo que después permite guiar las decisiones”, resaltó Prieto.