Convertir el derivado, altamente contaminante, en un subproducto que genere ingresos y contribuya a la cogeneración de energía o al enriquecimiento de suelos, es el objetivo de la jornada “Vinaza: Del Efluente al subproducto, organizado por la Secretaría de Estado de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Tucumán”.
La producción de alcohol como fuente de energía renovable a partir del procesamiento de la caña de azúcar, ofrece una amplia alternativa de diversificación para la provincia, pero también abre las puertas a un gran desafío. Es que la vinaza, el gran contaminante de la actividad, se genera en una importante proporción cuando se destila el combustible.
Hasta ahora, la preocupación de los propietarios de ingenios era tratar de neutralizar el efecto nocivo de la vinaza, lo que en todos los casos implicaba un costo elevado. Pero la Secretaría de Estado Innovación y Desarrollo Tecnológico (SIDETEC) decidió darle otro enfoque al problema, buscando que el proceso de tratamiento del temido derivado sea, en realidad, un proceso que avance hacia la generación de un derivado que represente un nuevo ingreso para la industria.
El titular de la SIDETEC Javier Noguera, definió al tratamiento del contaminante como el desafío científico tecnológico más importante que afronta la provincia. A modo de ejemplo para medir la envergadura del desafío, el funcionario estimó que por cada litro de alcohol producido, se generan 13 litros de vinaza. Destacó que la gran ventaja de los procesos bajo estudio, es que ofrecen a los industriales la alternativa de convertir lo que antes era un gasto en una inversión potencialmente recuperable y que, además, les generará ganancias.