Aumentar 1,5 veces el valor de las exportaciones al 2020 en las principales producciones pecuarias de la Argentina, según el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA), plantea un nuevo desafío: disponer de energía suficiente para el desarrollo de las actividades con recursos propios. “El autoabastecimiento de energías renovables abrirá la puerta a la agroindustrialización e intensificación de las actividades agropecuarias”, aseguró Mario Bragachini, coordinador del Proyecto de Eficiencia de Cosecha, Poscosecha y Agroindustria en Origen del INTA (Precop), durante la primera jornada del XX congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).
El vigésimo encuentro de Aapresid, que se realiza en Rosario –Santa Fe– desde hoy hasta el 10 de agosto, plantea el desafío de aumentar la producción en un contexto ambiental de recursos escasos. Además, apuesta a ir más allá del sistema productivo primario: proyectará la agricultura del futuro de la mano del agregado de valor y la generación de bioenergías en origen.
El desarrollo de la agroindustria y de los sistemas productivos intensivos en algunos lugares de del interior de la Argentina encuentran una limitante: la falta de electricidad y de gas. La revolución del campo en la próxima década llegará junto con la generación de energías no convencionales en origen. Por esto, el desafío en el corto plazo, será generarla en el mismo sitio donde se producen las materias primas.
¿Cómo hacerlo? Con la radicación de fábricas de producción de bioetanol en base a a cereales y caña de azúcar, plantas pymes de biodiesel y biorreactores de generación de gas metano en cantidades industriales. “Nuestra producción de biomasa vegetal excedentaria debería aprovecharse para la generación de bioenergía estratégica en origen”, sostuvo Bragachini, quien además aseguró: “El país presenta una oferta energética que no alcanza a cubrir la demanda en diferentes lugares del país”.

