Marfrig, el frigorífico de origen brasileño, vivió su momento de esplendor años atrás con la compra de distintas plantas frigoríficas alrededor del mundo. Una de las operaciones más destacadas fue la adquisición de uno los líderes en el mercado cárnico argentino, Quickfood, en 2007.
Para comienzos de 2012 la historia cambió rotundamente, ya que la compañía acumuló deudas internacionales que complicaron toda su estructura financiera. De ahí en más puso en venta distintas unidades de negocio, y recientemente concretó la venta de Seara, compañía subsidiaria dedicada al negocio avícola, y la curtiembre uruguaya Zenda, que pasaron a manos de su competidor directo JBS Friboi, como detallábamos en esta misma sección la semana pasada.
La operación global consistió en que JBS Friboi se hiciera cargo del pago de deudas de Marfrig de alrededor de u$s2.760 millones. Según detallaron desde la firma esta decisión se tomó en la búsqueda de sanear su negocio y de ahora en más se enfocarían en productos con mayor valor agregado.
Ahora bien, para entender la situación actual de Marfrig nada mejor que sus números, así es que en su balance anual 2012 informó una facturación global de 23.700 millones de reales, es decir alrededor de u$s10.600 millones; al mismo tiempo, el ejercicio arrojó un resultado negativo, después de impuestos, de 223,9 millones de reales. La compañía viene experimentando una situación complicada en sus balances anuales, ya que en 2011 el resultado final de su ejercicio arrojó también una pérdida de 746 millones.
Para conocer el real impacto de la operación entre JBS y Marfrig habrá que esperar el resultado de su tercer trimestre financiero; los últimos números que presentó la compañía datan de agosto de este año, correspondientes a su segundo trimestre, en el que reportó un resultado negativo de 160 millones de reales (equivalente a u$s70 millones).
Para ese entonces, el frigorífico informó que su deuda total ascendía a 8.700 millones de reales (u$s3.800 millones). En ese entonces, la compañía dijo que el resultado negativo se debió fundamentalmente al aumento de los costos del servicio de deuda, afectado por la devaluación del real frente al dólar durante el período.
En este contexto la compañía se encuentra en una período pleno de reestructuración de sus distintas unidades de negocios, y de esto también dan cuenta desde la memoria de su balance trimestral presentado en agosto de este año en el que marcan que las perspectivas para este años son, en primer lugar fortalecer su negocio alimentario y hacer foco en la llegada a los pequeños y medianos comerciantes, reducir los costos operativos y laborales (dentro de esta planificación no descartan el despido de empleados), seguir de cerca su negocio europeo, atentos a la reactivación de la economía en este continente y, por último, enfocarse en sus operaciones en Asia.
Así es que si bien hoy Marfrig presenta una situación complicada habrá que esperar los próximos meses para conocer el real impacto de sus últimos movimientos en la búsqueda de sanear su abultada deuda en dólares.
