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Mercado, clima y sanidad en soja: lo que hay que saber para alcanzar altos rindes y rentabilidad

Momento decisivo para la soja en el que, en función de los aspectos clave, hay que definir la estrategia de cuidado sanitario para sostener los rendimientos.

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Por Infocampo

En una campaña desafiante para la producción de soja, hay un “triángulo” central para este ciclo 2020/21 conformado por los mercados granarios, el clima y el manejo sanitario que el productor debe tener muy cuenta. 

Como parte de una capacitación virtual que llevó adelante BASF, en el marco del lanzamiento de su nuevo fungicida Priaxor®, estos tres temas fueron tratados de una forma detallada, integrando y conjugándolos en torno a la defensa del rinde de la oleaginosa. 

Dante Romano, gerente de Research y Consultoría en Fyo, manifestó que, “con los niveles de precios actuales de la soja, existen excelentes relaciones de insumo/producto para fijar posición respecto a los productos clave para el manejo técnico.

“Cada quintal que se puede generar tiene un ingreso marginal muy fuerte y, por ello, tiene mucho sentido dar cualquier pequeño salto en el rendimiento por hectárea”, dice Romano, asociado claramente a los insumos fundamentales para el cuidado del rendimiento, como son los inoculantes, fertilizantes y fitosanitarios. 

LOS MERCADOS

Para el analista, fijar una posición de precios en referencia a los insumos es descontar una de las tantas incertidumbres que tiene este ciclo y asegurar la protección sanitaria en torno al período crítico del cultivo.

En línea con lo analizado por Romano, el meteorólogo Leonardo De Benedictis alerta que la recomposición de las lluvias a nivel regional ocurrirá a partir del mes de febrero o marzo, cronológicamente alineado con el periodo crítico de la soja de segunda en la Argentina. 

“El mayor aporte de humedad en el país viene desde Brasil y Paraguay, que registrará las lluvias antes. Por eso la atención sanitaria de los cultivos tardíos será clave”, indica, destacando sobre la erraticidad que igualmente puede registrarse en las precipitaciones de la región agrícola nacional.

EL CLIMA

Finalmente, Margarita Sillón, profesora y responsable del área de Fitopatología de la Universidad Nacional del Litoral, destaca que “hay dos grandes grupos de enfermedades en soja, una de ellas las vasculares, asociadas a la implantación del cultivo y también las enfermedades foliares. Dentro de las foliares, hay un gran grupo de patógenos que sobreviven en el rastrojo y que son las ‘enfermedades de fin de ciclo'”. 

Este gran grupo, explica la experta, está asociado en muchos casos con lluvias de bajos milímetros. Por esto, es que se genera la gran controversia para los técnicos, ya que los patógenos igualmente colonizan el cultivo con pocas precipitaciones, entonces, la duda es tratar o no tratar. 

LA SANIDAD

Al respecto, Sillón aconseja que muy tempranamente en el ciclo del cultivo es clave ajustar bien el monitoreo para la futura detección de las enfermedades y que ello implique una correcta aplicación del fungicida, por ello hay tener muy en cuenta ciertos “tips” del diagnóstico.

“Es decisivo conocer el progreso de la enfermedad en el lote para la determinación de la incidencia”, recomienda.

Configurando los aspectos importantes, la especialista concluye que lo fundamental es “hacer protección y no curación con el fungicida porque se estará actuando antes de la fase exponencial del desarrollo del patógeno”, dice Sillón.

PRIAXOR®

El nuevo fungicida de BASF brinda la última tecnología a base de carboxamidas con mayor persistencia de control y más días de protección. Desde hace más de dos campañas, el equipo técnico de BASF obtuvo una respuesta promedio de rendimiento de 364 kilos por hectárea, entre el tratamiento con Priaxor® versus el lote testigo y de 187 kilos por hectárea de Priaxor® en comparación con los diferentes tratamientos de fungicidas a base de triazol más estrobilurina. 

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