“Son dos mercados muy importantes o podría ser una posibilidad importante para la Argentina. Son los dos países que en su momento revolucionaron el mercado mundial. El de Rusia, la primera década de este siglo cuando se transformó muy rápido en el primer importador de carnes y que tuvo alguna responsabilidad muy importante en esta fuerte reducción de la brecha de precio entre los países libre de aftosa y de los países que estábamos libres de aftosa pero vacunábamos, como es el caso nuestro. Esa brecha, que promediaba el 50%, virtualmente ha desaparecido y esto yo se lo atribuyo a la irrupción de Rusia en el mercado internacional en la década pasada. El año pasado, casi de un año para el otro, China a su vez se transformó en el primer importador mundial, superando a Rusia y a EE.UU, considerando a Rusia con el agregado de Honk Kong y Vietnam y que son dos mercados que claramente todo su incremento de importaciones los han transferido a China a través de lo que se llama canales grises. El salto de China el año pasado como importador de carne vacuna, fue realmente sorprenderte, con volúmenes que entre los tres mercados rondan 1.500.000 toneladas, equivalente con hueso, que supera largamente al millón de toneladas que importan Rusia y EE.UU por su parte”, señaló a “Siempre que llovió, paró…”, que se emite por Radio Colonia, Miguel Gorelik (Director de Valor Carne)
Consultado sobre las características del mercado chino, Gorelik señaló que “China se caracteriza por importar cortes de precio medio, es decir, no está volcado a los cortes más baratos, pero tampoco se caracteriza por llevar los cortes de lomo y bife. Ellos, básicamente, se proveen desde Australia que tiene la mitad del mercado, y de Uruguay que tiene un porcentaje importante, y lleva cortes en valores de la franja de 4000 a 5000 U$S la tonelada, peso producto”, explicó.
Respecto a la situación del mercado estadounidense, con la postergada reapertura de la Cuota Americana para ese destino, Gorelik destacó que “creo que de ambos lados hay gente que juega políticamente con algunos de estos elementos. Se ha conocido bien la acción de lobbie de los que representan a los tenedores de bonos de la Argentina para tratar de impedir que EE UU apruebe la importación de carne de nuestro país, pero algo parecido está sucediendo con la importación de carne brasileña, más allá que los holdouts no se metan porque hay intereses, de que no les gusta la idea de que carne de países como la Argentina o Brasil, ingresen al mercado norteamericano. Acá se suma proteccionismo, básicamente pensando en los productores y también una serie de prejuicios con respecto al riesgo que podría representar la importación de carne desde América del Sur”, dijo.
En cuanto a las perspectivas, el especialista destacó que “Hoy la Argentina está en unos de los niveles más bajo de exportaciones y de participación dentro de lo que es la faena total”.
Sin embargo, dijo “Hoy las cantidades exportables, serían muy limitadas, aunque se liberara todo, pero la ventaja de eso, es que habría una señal muy grande, para aumentar la producción y, fundamental, para reconstruir el stock de novillos que casi desapareció. Hay 40% menos de novillo que hace 6 o 7 años, y esto porque la producción se ha dedicado a producir para el mercado interno, animales muy jóvenes y livianos, porque se hacen rápido, porque no significa el riesgo de que se tome alguna medida en cualquier momento en contra del producto y esto es un camino que hemos transitado.
Finalmente, respecto al total de ventas externas, Gorelik no fue demasiado optimista. “Calculo que este año se va a cerrar en menos de las 200.000 toneladas que se exportaron el año pasado. Estoy pensando en 160, 170, 180.000. Para igualar esto hay que irse, hasta el año que todo el mundo nos prohibió la carne por el tema de la aftosa, 2001/2002, y de ahí para atrás… no existe un año más bajo que el actual. En el año 1972, las exportaciones derivadas del sector pecuario, es decir, carne vacuna, ovina que era más importante en aquel momento, carne de equino, mas toda la parte de cuero de lana, todos los subproductos animales, eran más de la mitad de las exportaciones argentinas totales. Llegaban a 52/53%, muy por encima de las agrícolas, y no es un año atípico, durante décadas. Fue un producto de la mayor importancia, y de ahí las repercusiones políticas que en muchas ocasiones tuvo en la actividad”, finalizó Gorelik.

