Barack Obama asumió el mando en los Estados Unidos, y con él su gabinete presidencial. Tom Vilsack fue el elegido para quedar al frente del Departamento de Agricultura (USDA).
El gobernador Vilsack, durante su administración, se centró en gran medida en las cuestiones agrícolas y fue un ferviente defensor de los combustibles alternativos, incluidos el etanol. También luchó en defensa de los subsidios fiscales para los productores de etanol.
Ex gobernador de Iowa, Vilsack abandonó la carrera presidencial tempranamente, luego se presentó como copresidente de la campaña nacional de Hillary Clinton y, eventualmente, entregó su apoyo a Obama.
Si bien su perfil es el de un abogado que se especializa en la conservación de energía, energía renovable y desarrollo de actividades agrícolas, tiene una actitud moderada en cuanto a políticas de agricultura que no son un fiel reflejo del deseo innovador de Obama.
El nuevo secretario fue quien instituyó reglamentos relacionados al cuidado del medio ambiente y las explotaciones porcinas en Iowa.
Su línea política agropecuaria plantea que el desarrollo rural sostenible significa algo más que productos básicos agrícolas.
El día de su nombramiento, Vilsack prometió trabajar para mantener los recursos naturales estadounidenses y colaborar con el resto de los Departamentos del Gobierno para responder a problemas como el calentamiento global, tarea que en estos momentos se ve complicada por la crisis económica.
El gobernador procede de un estado eminentemente agrícola, y Obama ha asegurado que, con él, el sector rural podrá tener por seguro que se podrán hacer escuchar “desde las pequeñas granjas familiares que alimentan a nuestras comunidades, a las grandes granjas que alimentan al mundo”.
(Artículo publicado en la edición de hoy de Infocampo Semanario)
