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Por qué el trigo tiene todo para ser la estrella de la campaña

En la jornada online de A Todo Trigo, especialistas analizaron la genética, nutrición y manejo y dieron sus recomendaciones para planificar un ciclo con muy buenos resultados.

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Por Infocampo

Los asesores privados Pablo Calviño, Gustavo Duarte, Fernando García y Nahuel Reussi Calvo coincidieron este jueves en la jornada online de A Todo Trigo 2020 en que este año el cultivo será la estrella de la campaña por las favorables condiciones que se presentan en términos climáticos, de rendimiento y rentabilidad si se siguen algunos lineamientos.

En primer lugar, la clave serán la planificación y la diferenciación. Para Calviño, los cultivos de invierno son los únicos que están mostrando buenas perspectivas en materia de rentabilidad en la mayor parte de las regiones. Por eso, en sus recomendaciones para las zonas de Mar y Sierras y el sudeste de Córdoba hizo hincapié en la importancia de la planificación. “En este momento, en ambas regiones hasta el trigo solo pasa a ser una posible actividad. Y eso en Córdoba es una sorpresa. Estamos ante una situación interesante, y sería una lástima desperdiciar esta oportunidad”, expresó.

El experto aconsejó observar los lotes y diferenciarlos en el manejo tomando en cuenta ciertos indicadores. Mientras en Mar y Sierras se observan el agua en el suelo y la limitante en profundidad – con buenos rendimientos y menos dependencia del agua de la siembra-, en el sureste cordobés también habrá que mirar la profundidad y tipo de Thapto, y la posición y salinidad de napa. “Aunque estemos en el sur de Córdoba, tenemos pisos de rendimientos suficientemente altos como para pensar en buenas tecnologías para aplicar. Si no lo hacemos, seremos nosotros los limitantes para que los rendimientos no se puedan expresar”, dijo. En Mar y Sierras, en particular, será clave ver la posición topográfica. “Entre los sectores más altos y bajos, hay diferencias de hasta 3,5 grados, y si no miramos eso estamos desperdiciando oportunidades”, aseguró.

Para conocer la fertilidad del lote, los indicadores clave, según Calviño, son el nitrógeno (N) a mineralizar y la porosidad del suelo. Lo más importante, en este punto, será trabajar con perfiles culturales. Habrá que medir fósforo (P) y N, y conocer la historia del azufre (S). En Mar y Sierras, el consejo es realizar dos aplicaciones de N, salvo en siembras tardías. Además, es importante identificar si un sector rinde menos por un cambio de categoría.

Los rendimientos, bajo análisis

Según Duarte, el desafío por delante es la oportunidad para optimizar las variables agronómicas. De acuerdo a datos de los últimos nueve años, en las principales regiones productoras del país existe una posibilidad de capturar un 30% más en rendimiento.

En el Sudeste AACREA, los cinco pilares a considerar para avanzar en ese sentido son el ambiente, la nutrición, la fecha de siembra, la selección de genotipo y la protección. “Lo más relevante a la hora de decidir el cultivo es mirar en qué ambiente estamos. La profundidad del suelo y el tenor de arena son dos indicadores muy fuertes en la zona”, resaltó Duarte.

El manejo de tecnología en ambientes permitirá ver cuál es el costo por tonelada producida y así desarrollar una planificación inteligente. Esto, comparado con un manejo como los que se hacían anteriormente, está dando una posibilidad de capturar el 8% en la eficiencia del uso de insumos y ahorro de costos.

Los mejores rendimientos se dan cuando vemos un escenario de neutralidad o Niña, no necesariamente las primaveras muy lluviosas son las que dan los mejores resultados. Hoy, la condición es muy favorable porque venimos con recarga de perfiles y vamos a una neutralidad”, describió.

Más diagnóstico

Paralelamente, García y Reussi Calvo recomendaron iniciarse con un buen diagnóstico para detectar ambientes deficientes y avanzar en un manejo responsable de los cuatro requisitos de los nutrientes. “Hay que construir N para rendimiento y proteína; hacer los cimientos con P; seguir con el plus del S y hacer una mirada a otros nutrientes”, aconsejaron.

Solo el 20% de los suelos que se destinan a trigo son diagnosticados desde el punto de vista de fertilidad, y eso muy poco. La propuesta es captar ventajas a partir de un diagnóstico correcto y debemos avanzar en esa dirección”, cerraron.