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¿Por qué guardamos los huevos en la heladera si en el supermercado están afuera?

Infocampo trae en esta oportunidad, toda la información para que puedas tener la respuesta de esta pregunta, que resuena en cientos de consumidores. La clave: la cáscara del huevo. Enterate en esta nota.

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Por Infocampo

Después de ir al supermercado o a la verdulería a comprar huevos, la mayoría los sacamos del maple y los colocamos en la puerta de la heladera en su respectivo lugar.

Sin embargo, muchos nos preguntamos ¿por qué tenemos esta costumbre de guardarlos si cuando los compré estaban afuera?. Infocampo trae información brindada por especialistas del tema.

Antes que nada, acalaran que hacer cualquiera de las dos cosas, en el sentido higiénico no provoca daños en el huevo, siempre y cuando se mantenga intacta la cáscara del mismo o que no estén expuestos a elevadas temperaturas.

Tal como cuenta Luis Riera, un español especialista en alimentos y director general de la consultora de seguridad alimentaria SAIA, mientras el huevo esté a una temperatura inferior a los 25ºC puede conservarse perfectamente a temperatura ambiente.

La explicación está en que la cáscara del huevo, que es porosa, tiene en su interior una fina capa denominada cutícula, que es la que en realidad protege el interior del huevo para que no se contamine con salmonella, que se encuentra en la cáscara y que es una contaminación que procede de las heces de la gallina.

“Mientras la cutícula esté intacta, el huevo se mantiene en perfecto estado a nivel higiénico”, aseguró el especialista.

Asimismo, sobre esa cutícula, el experto remarca que los cambios bruscos de temperatura pueden dañarla y que ese es uno de los motivos por los que en el supermercado los huevo se conservan directamente fuera de las heladeras (ya que al abrir y cerrar las puertas de la heladera, las variaciones de la temperatura son elevadas).

Otro aspecto interesante que agrega Riera, es que “en realidad es una práctica que se debe a un tema de frescura visual. La clara del huevo es muy densa y, a medida que pasan los días, van entrando pequeñas cantidades de aire en el interior del huevo que empujan a la clara y reducen su densidad”. Además, agregó que “esta transferencia de aire pasa más rápido si el huevo no se mete en la heladera”.

Experimento para comprobarlo

Para entender la diferencia, el especialista invita a hacer el siguiente experimento: “Si freís un huevo que estuvo una semana fuera de la heladera y después otro que estuvo una semana en la heladera, comprobarás que el último lucirá la yema centrada y una clara más espesa, mientras que el otro quizá quede algo más feo o desparramado”.

Por último, aclara que para él, el motivo principal por el que los huevos se guardan en la heladera tiene más que ver con un tema estético que por una cuestión higiénica o de seguridad alimentaria.

Y una cosa más, a la hora de separar la clara de la yema para elaborar alguna receta que así lo requiera, el experto aconseja que no utilicemos como “recipiente contenedor o separador” la propia cáscara del huevo ya que las bacterias de salmonella se encuentra en la cáscara.