Las autoridades económicas del Uruguay, los industriales exportadores y los operadores turísticos reaccionaron con preocupación por la nueva realidad económica argentina, aunque reconocieron que era esperado un deterioro de la situación de ese país, y la necesidad de que el gobierno de Cristina Kirchner hiciera correcciones.
“No está claro cuál será el nuevo panorama, pero sí es claro que el primer impacto para Uruguay será negativo, tanto para el comercio de bienes como para el turismo entrante y saliente”, dijo a LA NACIÓN una fuente del gobierno de José Mujica.
Sobre eventuales medidas internas, la respuesta fue que “es muy temprano” para identificar “el nuevo escenario económico” de la Argentina, y saber si se han tomado todas las medidas que puede tener previstas el nuevo equipo kirchnerista.
“Como ya veíamos que la relación con Argentina no iba tener cambios favorables”, el presidente “Pepe (Mujica) ha ido construyendo una integración con Brasil” que se da en lo energético, comercial y de infraestructura, dijeron los informantes. Esto último está previsto para dar fuerza al proyecto de un nuevo puerto en la zona fronteriza con Brasil, que según Mujica cuenta con el visto bueno de Dilma Rousseff, para apoyos concretos.
En tanto, el director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Andrés Masoller, dijo que “las malas noticias de Argentina siempre terminan siendo malas noticias para Uruguay” y que “a pesar de que en los últimos años Uruguay se ha diversificado y ha reducido la exposición a este mercado, Argentina continúa siendo un socio comercial relevante, especialmente en el área de los servicios”.
En declaraciones al diario “El País”, Masoller dijo que si bien las exportaciones de bienes a Argentina son reducidas (menos de US$ 500 millones al año) “tienen un componente de ocupación importante, por lo que no es de descartar un nuevo impacto negativo sobre el mercado laboral”.
En el turismo, Masoller dijo que la caída de visitantes argentinos (10% menos en primeros 10 días de enero) se ha compensado con mayor turismo interno. “De todas formas, es probable que el sector comercio sea uno de los sectores más afectados, en la medida que se profundice la tendencia de los uruguayos a comprar en Argentina”, reconoció.
El jerarca reconoció que los hechos de estas últimas horas no sorprendieron al Ministerio de Economía oriental: “era esperable dado el bajo nivel que habían alcanzado las reservas del Banco Central y su trayectoria fuertemente descendente”.
Agregó que “parece que las autoridades argentinas optaron por dejar flotar la moneda, buscando un nivel más alto del tipo de cambio, reducir la brecha cambiaria y, al mismo tiempo, descomprimir las presiones en el mercado cambiario y sobre las reservas”.
Masoller informó que la programación macroeconómica que hizo el gobierno para este año “ya contemplaba un escenario deteriorado en Argentina”, como continuidad de 2013. “Si bien los shocks cambiarios en Argentina nos van a afectar negativamente, esto se va a compensar por el dinamismo de la demanda interna, el crecimiento de las exportaciones de productos agroindustriales, el proceso de inversión que se está concretando, con la incorporación de nuevos proyectos como la regasificadora, y la puesta en funcionamiento de la planta de celulosa de Montes del Plata”, estimó el economista del gobierno de Mujica.
En tanto, el presidente de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), Álvaro Queijo, dijo a “El Observador” que esta semana “ningún importador (argentino) se atreve a realizar un pedido” porque “no sabe cuánto tendrá que pagar por la mercadería.
Añadió que “también hay casos de permisos autorizados que ahora dicen (los importadores) que no quieren que llegue el embarque”, alertó. Para el empresario, esta coyuntura “agrega más incertidumbre” a la compleja situación que Uruguay ya atraviesa con Argentina. “En los últimos años hemos perdido demasiada competitividad. Argentina está a la deriva y hay que apegarse a un socio que esté mejor ubicado, como Brasil, para no perder pie”, sugirió.
