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Productores de ajo piden medidas urgentes para enfrentar la crisis

Directivos de Economías Regionales de la CAME junto a representantes del sector, reclamaron esta tarde medidas ante la AFIP y la Aduana.

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Por Infocampo

La crisis de las economías regionales sigue extendiéndose a más productos y sectores. Uno de los más afectados en estos meses son los productores de Ajo de la zona cuyana, que se ven golpeados por los menores precios de sus productos, la menor demanda internacional, la devaluación del real, y la pérdida abrupta en la rentabilidad y solvencia de la actividad frente a las distorsiones del mercado interno.

Ante esta situación, esta tarde directivos del sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Raúl Robín y Pablo Vernengo, junto al representante de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de la Provincia de Mendoza (ASOCAM), Guillermo San Martín, mantuvieron una reunión con el Director General de Aduanas, Carlos Sánchez, para solicitarle que “los valores de referencia coincidan con la realidad comercial y se eliminen los costos ocultos”. Además reclamaron ante la AFIP por el Indicador Mínimo de Trabajadores (IMT).

Las complicaciones del sector son de todo tipo. En el frente internacional, la devaluación del real está afectando los pedidos desde Brasil que es el principal mercado para la Argentina. A eso se suman: la irrupción del ajo chino en el mercado mundial, este año especialmente en el norteamericano, y la incorporación de España a la oferta internacional, que están impactando sobre los precios.

Pero el mercado local tampoco ayuda. Los aumentos en los costos de producción, el tipo de cambio poco competitivo, los impuestos agresivos sobre el productor y exportador, y la desactualización de los precios de referencia en la Aduana, que encarece desde los derechos que pagan los productores hasta los seguros que se pautan sobre valores superiores a los reales, están volviendo insolvente la actividad.

“La brecha entre los precios internacionales del ajo y los de referencia, es de casi 50% lo que encarece los derechos que pagan los exportadores y otros costos como los seguros y fletes que se establecen sobre los valores de referencia”, aseguró Robín.

Según estimaciones del sector, tras varios periodos de crisis, han desaparecido 1.000 explotaciones primarias de producción, quedando solo 1000 de las 2.000 que había 7 años atrás. Las más afectadas son las producciones pequeñas. Pero el proceso de achicamiento no se detiene. Por ejemplo, si el número de empaques registrados en la temporada pasada era de 120, hoy solo son 85, lo que refleja el deterioro abrupto de la actividad.

El impacto de la producción de ajos sobre las economías regionales es muy importante: sólo la actividad primaria genera 10.000 empleos directos, 7.500 empleos indirectos y es un dinamizador de la zona cuyana, especialmente de Mendoza y San Juan.

En Mendoza, donde se concentra el grueso de la producción, se estima que la oferta total de ajo de la temporada actual apenas superaría las 100.000 toneladas, por debajo de lo esperado. Y si bien la calidad de la producción aún es buena, se están presentando algunos déficits por plantaciones tardías y problemas sanitarios derivados de las lluvias ocurridas en noviembre-diciembre, durante la cosecha, que afectan los precios de venta.

A su vez, como la actividad ha ido perdiendo rentabilidad en los últimos años y los márgenes se han ido acotando, cayeron las inversiones y con ella, se ha venido registrando año tras año una disminución en la superficie cultivada con ajo blanco y un aumento de la superficie cultivada con ajo morado. El dato no es menor: el ajo blanco se destina principalmente a los exigentes mercados del Hemisferio Norte, donde es más costoso llegar porque la logística se ha encarecido significativamente reduciendo las posibilidades de abastecer esos mercados. En cambio, se mantuvo la superficie cultivada con ajo colorado y creció la de ajo morado, que es la más barata de producir y hoy la más rendidora porque su ciclo es más corto.

Por último, la Argentina es uno de los principales productores y exportadores mundiales de ajo. Y con el trabajo conjunto de los trabajadores rurales, productores, empacadores y exportadores, la actividad ha crecido por años en cantidad y calidad, desarrollándose innovaciones que permitirían abastecer de ajo por periodos más largos.

“Sin embargo, los últimos años han sido duros para el productor y el actual se presenta más inhóspito aún. Frente a esa realidad, para garantizar la continuidad del sector y defender el empleo, se necesita urgente el apoyo el sector público”, indicó Robín.

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