En junio de 2003 las autoridades sanitarias estadounidenses reabrieron su mercado a las carnes vacunas uruguayas. Hoy los ganaderos orientales comercializan sus novillos a valores que en algunos casos llegan a superar el dólar por kilogramo de hacienda en pie.
Uruguay es visto en el exterior como un país ganadero serio. No sucede exactamente lo mismo con la Argentina. Por este motivo un grupo de integrantes de la cadena de la carne decidió comenzar a fusionar posiciones para desterrar los eternos problemas locales. “Podemos tomar dos posturas. Quedarnos a mirar a ver qué pasa o colaborar activamente”, indicó el consignatario Ignacio Oromí durante una jornada organizada en la Sociedad Rural de San Miguel del Monte por el CREA Roque Pérez-Saladillo y la Regional Centro II Sur de AAPRESID. “Si tomamos la decisión firme de crear un pacto entre productores, consignatarios, matarifes, frigoríficos y supermercados, podemos lograr que la industria de la carne genere riqueza genuina. Es la única manera de que seamos confiables y competitivos con nuestras carnes” propuso Oromí. Ignacio Iriarte, analista del mercado de ganado vacuno, sostuvo que “necesitamos el mercado de Estados Unidos para que no se caiga el precio de la hacienda. ¿Qué acciones concretas podemos hacer para ser competitivos? Mejorar el SENASA”. “Uruguay hizo seriamente una lucha contra la aftosa. Tiene instituciones públicas que cumplieron seriamente con los pasos necesarios para salir de la aftosa y no mintieron. Y hoy Uruguay tiene ingresos para la hacienda del primer mundo con costos de producción uruguayos”, explicó Iriarte. La reunión contó con la presencia de empresarios ganaderos, consignatarios y propietarios de frigoríficos de diversas regiones productivas argentinas. Asistieron más de 300 personas.
