El presidente destituido de Paraguay, Fernando Lugo, dijo que el viernes “hubo un quiebre democrático” al efectuarse su destitución tras un juicio político exprés y llamó a profundizar “una resistencia pacífica”.
Lugo aseguró que el golpe institucional al que se lo sometió estuvo dirigido contra sus políticas “de inclusión social y de defensa de la soberanía”, y se mostró dispuesto a reasumir el cargo.
“Este golpe no estuvo dirigido contra Fernando Lugo sino contra nuestra política, porque muchos intereses se sintieron alcanzados por nuestra política de preferencia por los más marginados en los últimos 60, 70 años”, aseveró el ex mandatario en diálogo con radio Continental.
Ante una consulta, se mostró dispuesto a reasumir el poder, pero no por una aspiración personal sino para que se reconstruya “la institucionalidad democrática” en el país.
Lugo fue destituido de la presidencia paraguaya el viernes último y reemplazado por su hasta entonces vicepresidente, Federico Franco, al cabo de un veloz juicio político en el que no contó con las garantías mínimas de defensa, instancia que fue calificada como un golpe institucional por los países de la región.

