Allí el empresario retomó su habitual discurso de que las retenciones terminan perjudicando al productor de menor escala o que habría que reformar el sistema impositivo gravando la propiedad de la tierra antes que el capital productivo.
La novedad fue el anuncio de que Los Grobo concluyeron la consultoría que hacían en Venezuela y que no la continuarán. La actividad del Grupo Los Grobo en el país caribeño consistía en la transferencia de tecnología para la producción de soja y había surgido, con mucha prensa, a partir de los acuerdos del Gobierno Nacional, donde el operador fue el ministro Julio de Vido, con el presidente Chávez.
Esta actividad le trajo bastante dolores de cabeza al grupo a partir de que se desatara el conflicto rural. Ambos bandos atacaron a Grobo, unos acusándolo de socio del Gobierno y otros de traidor por criticar las retenciones.
Lo cierto es que Gustavo Grobocopatel ahora dejó trascender que estaba en conversaciones con el gobierno de Colombia -para nada afín con el kirchnerismo- para llevar su agricultura.
