En una entrevista con el diario El Tribuno, el ruralista Néstor Roulet reclamó la quita de retenciones al sector agropecuario. A continuación, sus declaraciones:
¿Por qué al Gobierno le interesa tanto que el productor venda ya la soja que tiene?
El Gobierno cree que manejando o interviniendo los mercados, que lo hace en forma muy negativa, puede lograr resultados en la mesa de los argentinos, pero en realidad lo único que está haciendo es todo lo contrario, porque no existe teoría económica que diga que produciendo menos de algo podés tener los alimentos más baratos. Con toda esta intervención, uno se termina planteando si no es una estrategia del Gobierno para incentivar la sojización, porque de 35 millones de hectáreas que estamos sembrando en la Argentina en total, 21 millones de hectáreas son de soja, 3,5 de maíz y 4 de trigo. Entonces, cuando uno ve ese planteo, se pregunta detrás de qué va el Gobierno y la conclusión es que detrás de los dólares de la soja. Pero lo más triste de esto es que el Gobierno no aprovechó las posibilidades históricas que tuvo la Argentina, no hay que olvidar que hace diez años estábamos hablando de una soja de 150 o 160 dólares y, en su momento, se llegó a hablar de una soja de 600 dólares, es decir que esa posibilidad de aprovechar el aumento de los commodities agropecuarios que sucedieron en el mundo se dejó pasar.
Hay un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario que indica que el campo le aportó 273 mil millones de dólares al país en 13 años. Viendo esta cifra pareciera que ingresó mucho dinero a las arcas del Estado, pero tomando en cuenta lo que usted dice, ¿Cuánto se perdió de ingresar en materia de divisas?
Lo que tenemos que decir es que lo que produce una hectárea de soja, si se la reemplaza con maíz te va a producir un mayor ingreso por hectárea, lo mismo pasa con la ganadería y con la lechería. Si nosotros, una hectárea, en vez de hacerla de soja la hacemos de maíz, con la diferencia de rindes que hay, que son seis o siete toneladas de producción más de granos por hectárea, en ese millón de hectáreas estaríamos produciendo siete toneladas más de maíz y, si lo vendés, solo ese maíz te representa un ingreso de 1.200 millones de dólares, pero además, si en vez de venderlo se lo das como alimento a los animales, estaríamos produciendo un millón de toneladas de carne vacuna, a 5.000 dólares la tonelada de promedio, o sea que esa transformación produciría 5.000 millones de dólares. Hay que fijarse las posibilidades que tenemos, pero el Gobierno a esto no lo entiende.
Entonces usted plantea que estas trabas terminan llevando al productor a hacer soja, pero aún así, en esta campaña que se anticipa récord de volumen, los productores están trabajando en gran parte del área productiva a pérdida…
Sí, salvo en zonas muy cercanas al puerto, donde hay un menor gasto y una mayor producción, el resto de la Argentina pierde plata. En Salta, por ejemplo, la situación es muy difícil, porque un flete te saca el 20% del valor del grano.
En este contexto se da la situación de los productores que guardan su soja y que reciben presiones y cuestionamientos del Gobierno…
Sí, lo que te rinde esta cosecha es la plata que te va a servir para vivir, para saldar las deudas y para encarar la campaña que viene. Es decir, cuando un productor guarda 100, 200 o 300 toneladas, no es de avaro, sino porque piensa que en agosto tiene que pagar alquiler el que alquila, que en septiembre tiene que empezar a comprar insumos, que en octubre tiene que pagar las labores; o sea que hay todo un esquema de ventas que son cíclicas y muy parecidas hace cuatro o cinco años hasta ahora. Eso hace que el productor guarde su mercadería, pero lo hace porque es un bien de cambio, la va vendiendo a medida que necesita la plata. Este año va a suceder lo que sucedió siempre, que es que entre el 40 y el 45 por ciento de la cosecha se va a vender entre abril, mayo y junio; otro 20 o 30 por ciento se va a vender en agosto; otro 20 por ciento se va a vender en octubre y va a haber un 10 por ciento que se guarda para encarar los costos de protección del cultivo, sobre todo lo relacionado a lo que es insecto, que es cuando se necesita la plata en enero y febrero del año que viene.
Hablando de insumos, en su página explica cómo los costos han ido creciendo su precio en dólares y en cambio la soja ha tenido un pico y hoy a vuelto a valores de 2004Claro, eso es terrible porque antes gastábamos 350 dólares por hectárea entre costos directos e indirectos y ahora tenemos que hablar de 800 dólares por hectárea. El aumento de los insumos en Argentina, aunque se paguen al dólar oficial, antes una bolsa de maíz la pagábamos 90-100 dólares y ahora nos cuesta 200.
Lo mismo sucede con las labores, que han tenido un aumento considerable pero que es razonable porque antes un litro de gasoil costaba dos pesos y hoy se paga doce pesos. Entonces el campo tiene hoy dos graves problemas: por un lado los aumentos de nuestros costos y, por el otro, la merma de nuestros ingresos, porque hoy estamos cobrando nuestra soja a 230-240 dólares, que es lo que cobrábamos en 2004.
El campo pide e insiste con un levantamiento o una flexibilización de las retenciones y las restricciones para exportar. ¿Cómo influiría esta medida en la situación del sector?
Nosotros siempre lo decimos: no queremos una devaluación, lo que queremos es transparentar, porque si el dólar blue hoy vale 12,80 y el oficial 8,90, a nosotros nos pagan con un dólar a 5,20, entonces nosotros decimos que la única manera, ya que no podemos bajar los costos, es aumentar los ingresos y, si a nivel internacional la soja no sube, la única manera que aumentemos los ingresos es bajando la presión impositiva. Por eso decimos que hay que pensar en una baja de las retenciones. Y se puede hacer.
¿Y por qué cuesta tanto?Porque el Gobierno tiene una gran carga ideológica y una ignorancia sobre el sector agropecuario. El Gobierno cree que si vos tenés 10 kilos de acero vas a hacer mil tornillos y si tenés 20 kilos de acero vas a hacer el doble, y no sabe que nosotros estamos trabajando con sistemas biológicos, fusibles y a todo eso hay que contemplarlo, pero como el Gobierno no conoce, no sabe que se puede producir más, que podés generar valor agregado hacia arriba y hacia abajo y muchas cosas que su ignorancia y su carga ideológica le dan una gran ceguera que le hizo muy mal no solo al campo, sino a todo el interior productivo.
