En su exposición, el ingeniero agrónomo Wellington Pereira Alencar de Carvalho, oriundo de Brasil, comparó las aplicaciones terrestres con las aéreas, destacando los mayores rindes de los cultivos cuando se realizan estas últimas debido a que no se causan daños en el cultivo por parte de las ruedas de la pulverizadora y también se reduce la compactación del suelo. Destacó además, que en la aplicación de fungicidas, en los que se requiere una cobertura de toda la planta, la aplicación aérea ha alcanzado el mínimo de impactos necesarios para un control correcto en toda la altura de las plantas, demostrando su viabilidad.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Esteban Frola, llamó la atención sobre la importancia de trabajar no solo en el tamaño de las gotas, sino también en su uniformidad, “a partir de los 200 micrones de diámetro, las gotas ya logran ingresar en el cultivo y los aviones aplican con 150 micrones” explicó y destacó que en los aviones, al usarse menos volumen, la concentración del principio activo es mayor en cada gota, por lo que se puede lograr un mayor efecto con una menor cantidad de gotas en la planta. Por último, destacó el uso de antievaporantes, que permiten una mayor eficiencia y mejor distribución.
Más tarde llegó el momento del ingeniero agrónomo Augusto Piazza quien disertó sobre las claves del impacto ambiental de las aplicaciones aéreas. Mencionó los puntos a tener en cuenta sobre el ambiente y el impacto, tanto positivo como negativo, que en éste producen las aplicaciones. Por ello hizo un breve resumen de los factores intervinientes a la ahora de realizar las aplicaciones, ya sea aviones, productos, residuos (el agua del lavado, los envases, etc.), entre otras características.
Para finalizar Piazza recalcó que todos los productos utilizados en las aplicaciones son minuciosamente estudiados por el Senasa, que es el organismo responsable de garantizar y certificar la sanidad y calidad de la producción agropecuaria, es por esto que sentenció: “Si el producto contamina es porque se está aplicando mal”.
Y en la última disertación de la tarde quien se presentó fue el licenciado Andrés Beibe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), quien expuso sobre las claves y prácticas a tener en cuenta para ser un buen empresario agrícola. Para ello enumeró una serie de situaciones, tanto positivas como negativas, a tener en cuenta a la ahora de llevar adelante una empresa familiar agrícola.