Los precios de los contratos de soja y maíz del mercado de Chicago (CBOT) se mantienen firmes en un escenario de posicionamientos crecientes en commodities por parte de administradores de carteras de inversión.
Ayer miércoles el informe de oferta y demanda mundial de granos del USDA indicó que la cosecha de soja 2009/10 en EE.UU. es prevista en 87,0 M/toneladas (versus 88,7 M/toneladas en julio) con una relación stock/consumo de 11,3% (contra 13,4% en julio).
Si bien se trata de datos alcistas, lo cierto es que la mayor parte de los operadores del CBOT estaban esperando un ajuste en soja como contrapartida de una suba de las estimaciones de producción de maíz en EE.UU.
La proyección de producción estadounidense de maíz 2009/10 fue ajustada a 324,1 M/toneladas (versus 312,1 M/toneladas proyectadas en julio) con una relación stock/consumo de 15,0% (contra 14,6% en julio). En ese marco se espera un mayor uso de etanol durante la campaña 2009/10: de 104,1 M/toneladas previstas en julio ahora se estima un consumo de 106,6 M/toneladas para ese destino.
Para la Argentina, el USDA mantuvo la proyección de cosecha de maíz 2009/10 en 15,0 M/toneladas con un saldo exportable de 9,0 M/toneladas (la única manera de que tal predicción se cumpla sería a partir de una gran superficie de maíz de segunda).
Ayer la posición cosecha de EE.UU. (soja noviembre 2009 CBOT) terminó en 383,6 u$s/tonelada con un alza de 2,0 u$s/t versus la jornada anterior, mientras que el contrato de maíz septiembre 2009 CBOT finalizó en 130,2 u$s/tonelada con una suba de 1,6 u$s/t.
La Reserva Federal de EE.UU. indicó ayer que mantendrá la Fed Funds Rate (tasa de referencia para créditos interbancarios en EE.UU.) en el nivel actual de 0,0% a 0,25% y ratificó que seguirá inyectando cantidad enormes de dólares al sistema financiero para promover la actividad económica.
Con tal escenario, más allá de las amenazas intervencionistas de la agencia reguladora Commodity Futures Trading Commission, los administradores de carteras de inversión siguen buscando posicionarse en activos que permitan proteger el capital de la desvalorización del dólar estadounidense.
De hecho, si se observa el crecimiento registrado a partir de mayo pasado de los índices que miden la evolución de los precios de contratos futuros de commodities, puede advertirse que ‘más allá de la volatilidad propio de los mercados de derivados’ ese ciclo es inversamente proporcional a la caída del valor relativo del dólar estadounidense frente a otras monedas de regiones centrales del orbe.
En otras palabras: no es que el valor de las materias primas suba, sino que, al tratarse de activos denominados en dólares, los precios se ajustan en términos relativos a medida que la moneda estadounidense se deprecia.

