Carlos Alberto Molina (42), el doble femicida que estaba prófugo tras su último crimen, fue encontrado ayer sin vida en un campo ubicado en camino a Las Jarillas, pasando Estación Juárez Celman.
Según informó el comisario general Mario Tornavaca, jefe de la departamental Colón, alrededor de las 13, un hombre que estaba al comando de una máquina que cosechaba maíz en un campo de 600 hectáreas se topó con un cadáver, por lo que avisó a la Policía.
Cuando los primeros efectivos llegaron, comprobaron que se trataba de Molina, quien era buscado por la división Homicidios desde el domingo 29 de junio último, cuando su pareja, Silvana Córdoba (41) fue encontrada asesinada a mazazos en su domicilio de Parque Norte, Juárez Celman. La mujer era madre de cuatro niños y trabajaba como instrumentista en el Hospital Neonatal.
Desde entonces, Molina era buscado por la zona, bajo la hipótesis de que se había quitado la vida, tal como había anunciado a un vecino en un mensaje de texto, al confesar su nuevo crimen.
Según las primeras apreciaciones de los forenses, Molina tenía un corte en la muñeca izquierda, aunque no está claro si falleció desangrado o si se trató de una herida superficial. A su lado, se encontraron un bisturí y una botella de whisky semivacía. Se aguardan los resultados de la autopsia para conocer de manera fehaciente qué le produjo la muerte y cuándo ocurrió el deceso.
El cuerpo apareció en la zona donde se había encontrado el auto de Molina, un Chevrolet Corsa verde. Al menos 50 efectivos policiales trabajaron durante días en el área, rastrillaron varios kilómetros a la redonda, en sembradíos, casas abandonadas, sótanos, pozos, monte autóctono. Avanzaron con canes, en helicóptero, moto, caballos, y también a pie.
Según publicó La Voz del Interior, en paralelo a la hipótesis del suicidio, la división Homicidios lo buscaba en distintos puntos de la ciudad. Incluso se solicitó la captura internacional y se cursaron oficios a organismos migratorios.
