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FAA reclama la reglamentación de la Ley de Reparación de la Agricultura Familiar

Esta semana el Congreso suspendió por cuatro años los desalojos de pueblos originarios y se evitó el remate del campo de un pequeño productor. Para la Federación Agraria todos esos conflictos se evitarían si se reglamentase la ya sancionada ley.

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Por Infocampo

En la sesión de ayer, la Cámara de Diputados de la Nación sancionó una nueva prórroga de la ley 26.160, que suspende los desalojos de pueblos originarios por cuatro años más. Al respecto, Erik Muñoz, secretario de Economías Regionales a cargo del área de Agricultura Familiar de Federación Agraria Argentina (FAA), expresó: “Esta semana ha habido dos avances en relación con la tenencia de la tierra: la prórroga de la ley 26160 y el freno al remate del productor de Río Negro, en el que FAA tuvo un lugar trascendente. Sin embargo, estos son logros parciales, ya que no alcanzan para llevar tranquilidad a miles de familias que siguen esperando la reglamentación de la Ley 27.118 de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar y la prórroga del artículo 19 de esa ley hasta enero de 2021”.

“Es necesario que la sociedad y quienes legislan y gobiernan entiendan que la tierra para los agricultores familiares y comunidades aborígenes no es un bien inmobiliario, sino un bien social y un medio de vida. Que no se trata sólo de algo con lo que se lucra o no, sino de mucho más; para los agricultores familiares, la tierra es muy importante. Y nuestro país debe reconocer que la agricultura familiar está vinculada de manera indisociable a la seguridad alimentaria argentina”, explicó Muñoz.

Desde FAA, señalan que en los casos en que hay disputa por la tenencia de la tierra, los agricultores familiares “quedan a merced de la voluntad de un Juez, por no tener reglamentada la ley 27.118, que el Congreso ya sancionó”. 

Cabe aclarar que la ley 27.118 fue aprobada pero no ha sido reglamentada, por lo tanto no está vigente. La misma fue consensuada por todos los actores de la agricultura familiar: los campesinos, los pueblos originarios, las organizaciones y el Estado y su objetivo es lograr el desarrollo humano integral de los agentes rurales a través del impulso del empleo en armonía con el territorio; promover la igualdad y corregir disparidades de desarrollo regional; contribuir a la soberanía y seguridad alimentaria; fomentar la conservación de la biodiversidad y el mejoramiento de la calidad de los recursos naturales mediante un aprovechamiento sustentable; reconocer las prácticas de vida y productivas de los pueblos originarios; y lograr la regulación dominial mediante un programa específico y permanente para el relevamiento de las tierras de la Agricultura familiar y la conformación de una Comisión Nacional Permanente de regulación dominial.