Además, previene la aparición de malezas tolerantes o resistentes, y preserva el poder de control actual del glifosato. Entre otras características, este herbicida posee una menor dependencia de las condiciones ambientales, y su modo de acción es diferente al del glifosato.
El herbicida debe ser aplicado en malezas que se encuentren en activo crecimiento y de tamaño pequeño. Para una aplicación más eficiente, se debe acompañar de humectante no iónico, en una proporción de 200 cm3/100 litros de caldo.
De acuerdo al cultivo que se sembrará con posterioridad, es recomendable el uso de Cerillo en mezcla con atrazina, prometrina o metsulfurón.En cuanto a su uso como herbicida en barbechos de otoño-primavera, el producto es recomendable para el control de Commelina erecta, Stellaria medua, Viola arvensis y Bowlesia incana, entre otras.
En trigo, permite el control de malezas como Ortiga mansa, Bolsa de pastor, Perejilillo, Violeta silvestre y Capiquí.Este control se alcanza con una dosis de 1,5 l/ha de Cerillo, más 5 g/ha de metsulfurón-metil y 0,2% v/v de coadyuvante Sandowet. En maíz, su control se extiende a Bolsa de Pastor, Perejilillo, Ortiga mansa y Capiquí. En este punto, es recomendable que la formuluación sea de 1,5 l/ha de Cerillo, entre 0,5-1 kg/ha de Gesaprim 90, y 0,2% v/v de coadyuvante Sandowet.
Por su parte, en soja/girasol controla Flor de Santa Lucía y Parietaria, con una dosis de 2,5 l/ha de Cerillo, 0,4- 0,8 l/ha de Gesagard y 0,2% v/v de coadyuvante Sandowet.
(nota publicada en la edición de hoy de Infocampo Semanario)

