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“¿Tiene sentido usar las muy escasas reservas del Banco Central para importar alimentos?”

Una de las entidades rurales salió a cuestionar con dureza una de las nuevas medidas anunciadas por el Ministerio de Economía para combatir la inflación. Aseguró que no tendrá efecto alguno y que el problema es la emisión por el déficit fiscal.

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Por Infocampo

Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) se expresó este martes con dureza en contra del Gobierno nacional, luego de que el Ministerio de Economía anunciara una serie de nuevas medidas para combatir la inflación, entre las que se incluyen la importación de alimentos frescos.

Según CRA, la dinámica inflacionaria, con un aumento de los alimentos del 10,1% en abril, “no es adecuadamente atendida por la política económica, con cepos, múltiples tipos de cambio y controles de precios que no pueden frenarla”.

Por el contrario, consideró que las medidas que en general toma el Gobierno aceleran la inflación, porque la misma es de origen “monetario-fiscal”, por la emisión para financiar el déficit.

En un comunicado titulado “Desalentar exportaciones e importar alimentos, el reino del revés”, CRA hizo foco en el anuncio de importar alimentos libres de aranceles y remarcó: “no deja de sorprender, dado que el problema inflacionario no se remite a un producto o rama productiva en particular, como los alimentos, sino que es un problema de raíz macroeconómica, responsabilidad únicamente de la política económica“.

PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

En este marco, CRA se realiza una serie de preguntas que dan cuenta de las dudas que genera la efectividad que puede tener la medida anunciada.

¿Tiene sentido usar las muy escasas reservas del Banco Central para gastarlas en importaciones de alimentos? Cuando esas reservas son imprescindibles para importar insumos que no se producen en el país, desde fertilizantes hasta piezas y accesorios de tecnologías varias para distintas actividades productivas”, es uno de los primeros interrogantes.

Los otros se reproducen a continuación:

  • ¿Qué y cuáles alimentos se importarían?
  • ¿Qué impacto tendrían en la medición del IPC?
  • ¿Qué impacto tendrían realmente en la canasta de consumo de las familias?
  • ¿Qué implicarían para determinadas producciones de alimentos nacionales, que van a vender aún menos, y así, agravar la crítica situación financiera de las empresas y golpear más la cadena de pagos?
  • ¿Qué pasaría con los productores de frutas, verduras, carne, leche y otras producciones regionales, que reciben un precio interno que no cubre costos, tienen serios problemas de rentabilidad, no pueden ser competitivos con este tipo de cambio, y, paradójicamente, el consumidor no puede pagar el precio de estos alimentos, inflados de impuestos?

Sin respuestas a esas preguntas, para CRA las soluciones pasan por aplicar una nueva política antiinflacionaria, eliminando el déficit fiscal; además de promover la producción y las exportaciones.

“En un país que puede alimentar a muchos otros, y que lo hace en mucha menor medida por las equivocadas políticas agropecuarias, todas anti-exportadoras, aplicadas por este gobierno, plantear importar alimentos es, de alguna manera, vivir en el reino del revés”, subrayó CRA.